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ThyssenKrupp cierra su sede vizcaína tras sufrir dos incendios provocados

La multinacional negocia con la plantilla la extinción de los 120 contratos

Pedro Gorospe

La multinacional alemana del sector de la automoción ThyssenKrupp Bilstein pensaba cerrar su planta en Alonsotegi, pero desde luego no de esta forma. Los trabajadores del turno de las seis de la madrugada de ayer se encontraron con que los responsables de la seguridad privada que controlan los accesos les impedían el paso. "La empresa está cerrada", les dijeron.

La empresa comunicó posteriormente a sus empleados que el cierre tenía como objetivo garantizar la seguridad de las personas, después de sufrir el pasado domingo dos incendios provocados. El fuego prendió en una zona de palés fuera de los edificios, pero dentro del recinto vallado de la sede vizcaína de la multinacional.

El comité rechazó una propuesta para cobrar 54 días por año trabajado

Los artefactos incendiarios estaban fabricados con un tipo de combustible que complicaba las labores de extinción. De hecho, la dirección de la empresa tuvo que llamar a los bomberos porque los extintores no resultaban suficiente. La empresa utiliza gasoil, de imposible combustión a baja temperatura, y gas para hacer funcionar sus maquinas y hornos. Alarmados por el fuego, los responsables de la firma temieron que este alcanzase alguno de los tanques.

Aunque los empleados se hallan en huelga en protesta por el expediente de extinción de empleo que ha presentado la multinacional para los 120 miembros de la plantilla, muchos siguen acudiendo de forma habitual a las instalaciones.

La planta de Alonsotegi fue una apuesta de la multinacional alemana tras cerrar en 2007 sus instalaciones de Madrid. Sin embargo, la empresa sufre una importante reducción de su actividad en toda Europa, hasta el punto de que también tienen previsto cerrar plantas en Alemania. El pasado junio, cuando la plantilla había bajado ya de 200 a 120 personas, la dirección comunicó a los trabajadores que iba a cerrar también la planta de Vizcaya.

A partir de ahí la situación se complicó, y durante la negociación para pactar un plan social que minimice el cierre, la tensión ha seguido creciendo.

La dirección de la empresa ha interpuesto cinco denuncias ante la Ertzaintza por amenazas y coacciones además de otros actos "de violencia". Sus responsables indican que la policía vasca ha tenido que actuar en ocho ocasiones en las últimas semanas. Fuentes de Interior confirmaron ayer que, pese a que los bomberos tuvieron que sofocar el fuego en la planta, a las siete de la tarde de ayer la dirección de la empresa todavía no había denunciado los incendios.

El sindicato ELA negó que se haya puesto en peligro "la seguridad de las personas o de la planta" y respondió a las declaraciones de la empresa que no han existido "ni acosos ni ataques diversos, ni un incremento de la violencia". El comité de empresa, controlado por ELA y ESK, rechazó la última propuesta de la dirección el pasado 22 de octubre, y desde entonces sus miembros mantienen un encierro en el Ayuntamiento de Alonsotegi.

Dicha propuesta fijaba la posibilidad de jubilaciones anticipadas a partir de los 50 años en unas condiciones muy superiores a los mínimos legales: la compañía ofrecía hasta el 82% del sueldo y el abono de las cuotas de la Seguridad Social durante siete años.

Además, fijaba las indemnizaciones en un total de 54 días por año trabajado, incluyendo ofertas personalizadas en función del sueldo y la edad, junto a un bonus de 6.000 euros, garantizando una indemnización total mínima de 15.000 euros.

La empresa ofrecía igualmente a los despedidos programas de recolocación con al menos una propuesta de trabajo en los próximos dos años. Comité y empresa vuelven a reunirse mañana como una última opción.

Trabajadores de la multinacional alemana, durante una protesta ante la sede del Gobierno vasco, en Bilbao.
Trabajadores de la multinacional alemana, durante una protesta ante la sede del Gobierno vasco, en Bilbao.TXETXU BERRUEZO

Aceite en la carretera

La Ertzaintza imputó el pasado mes de septiembre a un total de 37 trabajadores de la planta de ThyssenKrupp de Alonsotegi por un delito contra la seguridad colectiva, por verter aceite sobre la calzada en la calle Sabino Arana, en una de las principales entradas de Bilbao desde la A-8, durante una protesta laboral. Uno de ellos fue detenido por resistirse a identificarse.

Los trabajadores de la empresa, que se dedica a la fabricación de muelles y barras estabilizadoras para la automoción, realizaron aquel día una sentada las 8.30 colapsando el numeroso tráfico que circulaba en plena hora punta.

Tan solo unos minutos de sentada y los litros de aceite derramados causaron un notable caos hasta que los bomberos limpiaron la calzada para evitar accidentes.

Después, los trabajadores acudieron a la sede del Gobierno vasco en la Gran Vía, situada en las cercanías del lugar de la protesta, para reclamar a la consejera de Empleo y Asuntos Sociales, Gemma Zabaleta, que no acepte el expediente de rescisión de todos los puestos de trabajo tal y como demanda la empresa.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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