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Cuba investiga la peor catástrofe aérea en 20 años

El accidente de Aerocaribean causa 68 muertos, entre ellos 28 turistas

Cuba vivió en la madrugada de ayer la peor catástrofe aérea en dos décadas. Un total de 68 personas, incluidos 28 turistas, entre ellos el ciudadano español Manuel González Asensio, perdieron la vida al estrellarse una aeronave de la compañía cubana Aerocaribean que cubría la ruta entre Santiago de Cuba y La Habana. El avión llevaba más de una hora de vuelo cuando tuvo lugar el accidente, cerca de la ciudad central de Sancti Spíritus, en la localidad de Guasimal, donde algunos vecinos explicaron que la nave realizó maniobras bruscas antes del siniestro. Todavía se desconocen las causas por las que el aparato, un ATR-72 de fabricación franco-italiana, se precipitó a tierra después de perder contacto con la torre de control.

Entre los fallecidos hay 10 ciudadanos de la UE. El Instituto de Aeronáutica Civil de Cuba publicó ayer la lista de siete tripulantes y 61 pasajeros, entre los que figuran dos alemanes, dos austriacos, un italiano, un francés, tres holandeses, nueve argentinos, siete mexicanos y un japonés, además de González Asensio, de 51 años y natural de Badajoz. Había viajado con un grupo de amigos a Cuba y era devoto de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, por lo que quiso desplazarse a su santuario en la ciudad de Santiago. Sus compañeros le esperaron en La Habana.

Las autoridades han creado una comisión para investigar las causas del siniestro, a lo que sin duda ayudará el hallazgo, ayer por la tarde, de la caja negra y de voz de la nave. El siniestro coincidió con el paso del huracán Tomás, que ha provocado fuertes vientos y lluvias en la isla. La tormenta afectaba ayer a Haití y la zona oriental de Cuba, donde se suspendieron los vuelos entre Santiago y Guantánamo. Se desconoce si las adversas condiciones pudieron provocar el siniestro.

El último accidente aéreo en Cuba ocurrió en 2002, cuando un Antonov-2 de fabricación rusa se estrelló entre Cienfuegos y Cayo Coco, matando a 16 personas, entre ellas seis turistas. Pero el siniestro más grave tuvo lugar en 1989, cuando un Iliushin 62 con destino a Milán cayó en La Habana tras despegar. Murieron todos sus ocupantes, entre ellos 113 turistas italianos. Los restos del aparato cayeron sobre viviendas y mataron a otras 40 personas.

Restos del avión cubano siniestrado en llamas, en una imagen suministrada por el diario local <i>Escambray</i>.
Restos del avión cubano siniestrado en llamas, en una imagen suministrada por el diario local Escambray.AFP
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