Rabat carga contra la prensa española
El ministro marroquí justifica el veto a los periodistas extranjeros en el Sáhara
Las relaciones entre España y Marruecos son muy buenas y, si a veces no lo parece, la culpa es de los "excesos" de algunos periodistas españoles, que "confunden sus deseos con la realidad" y distorsionan la imagen del país vecino. Esa es la opinión del ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Taieb Fassi-Fihri, que aprovechó la conferencia de prensa que ofreció en Madrid con su homóloga española, Trinidad Jiménez, para cargar contra los medios de comunicación e incluso darles lecciones. Consideró, por ejemplo, "no muy acorde con la ética periodística" que algún reportero se disfrazara de mujer para poder entrar en el campamento de protesta levantado por miles de saharauis a las afueras de El Aaiún. Un campamento que, según Fassi-Fihri, las autoridades marroquíes permiten pese a que podrían disolverlo por la fuerza dado su carácter ilegal y en el que, en contra de lo publicado en España, se podría entrar y salir libremente y no faltarían agua ni alimentos.
¿Se permitirá, por tanto, a los periodistas entrar al campamento y comprobarlo por sí mismos, sin tener que esconderse ni disfrazarse? En absoluto. Fassi-Fihri justificó el veto a la prensa extranjera por razones de seguridad y para preservar el diálogo con los acampados que, aseguró, "ha pasado a un nivel superior". Jiménez, visiblemente incómoda, dijo respetar, aunque no compartir, esta "política de comunicación".
La preocupación de Fassi-Fihri por el rigor de la prensa española no se extendió a la falsa noticia de la muerte de un joven musulmán a manos de un guardia civil en Melilla, difundida por la agencia oficial marroquí MAP. Preguntado por esa información, no quiso desmentirla, aunque admitió no tener pruebas y añadió que "quizá no sea veraz".
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