Absolutamente indignante

Vivir para creer y la indignación es poca. Me importa un pimiento toda la parafernalia de apoyos según la adscripción política de cada personaje, pero cuando algo es penalmente punible, no hay medias tintas. Me parece indecente tener relaciones sexuales con menores, aquí y en Japón. Pero que Sánchez Dragó se jacte de ello, después de tantos años, me causa estupor. Él lo sabe, por eso ha esperado casi 40 años a contarlo. No se arrepiente, es que ya no le pueden juzgar.

Y, ahora, la representante política de la derecha en Madrid, Esperanza Aguirre, apoya a Sánchez Dragó porque es "literatura lo que hace". ¡Por favor, no ofenda a la literatura! Vamos, que no hay quien entienda nada, todos tan adultos y tan dueños de sus actos.