Rubalcaba atrae el discurso más radical del PP contra el Gobierno
Los populares desentierran el 11-M, los GAL y el 'caso Faisán' para desgastarle
"Tienen una estrategia clara", aseguró José Luis Rodríguez Zapatero a la salida del hemiciclo, tras escuchar el primer debate de Alfredo Pérez Rubalcaba como todopoderoso vicepresidente primero.
Se refería a la forma en la que el PP se lanzó ayer con toda su artillería contra el nuevo hombre fuerte del Gobierno, buscando la manera de identificarle con escándalos del pasado y con la mentira, para intentar ensuciar su imagen. Zapatero se marchó así sonriente, aliviado de toda presión y parapetado tras su nuevo número dos y flamante pararrayos político.
Para ejecutar esa estrategia, la oponente natural de Rubalcaba, Soraya Sáenz de Santamaría, estuvo escoltada por dos edecanes de su grupo, Rafael Hernando e Ignacio Gil-Lázaro, los más hooligans de la bancada popular, especialistas en sacar a colación en el hemiciclo asuntos que no están presentes en el discurso oficial del PP en esta legislatura y de los que, por supuesto, huye Rajoy. Por ejemplo, el 11-M, los GAL, la lucha contra ETA, las supuestas implicaciones policiales del caso Malaya y el supuesto chivatazo del bar Faisán. Es decir, aquellos que suponen chapotear en el lodo, con los que no se quiere manchar el líder de la oposición, pero que en manos de diputados de a pie buscan ensuciar al Gobierno sin excesivo esfuerzo.
Diputados del PP lamentan que se abandone la imagen de moderación
Todo a riesgo de quitar el foco sobre la economía, que es el asunto preferente del trabajo de oposición del PP, sepultar la imagen de moderación que pretende dar ese partido y movilizar a los electores de izquierdas. Por eso diputados veteranos del PP aseguraban luego en los pasillos que Saénz de Santamaría no debería hacerse acompañar de esa forma en futuras sesiones de control al Gobierno.
De hecho, la portavoz del PP preguntó por la congelación de las pensiones y todo quedó sepultado por la virulencia de los dos diputados que le siguieron en el uso de la palabra. Con el PP coinciden todos los grupos parlamentarios, salvo el PSOE, en el rechazo a la congelación de las pensiones, pero ninguno quiere ver ni de lejos los temas que plantearon Hernando y Gil-Lázaro.
La argumentación de la portavoz del PP saltó por los aires con la explosión de sus dos diputados y el cara a cara entre Sáenz de Santamaría y Rubalcaba acabó en un "tres contra uno".
El espectáculo prometía tanto que Zapatero y Rajoy, convencidos de que serían personajes secundarios, no abandonaron ayer el hemiciclo al terminar su cara a cara, sino que se quedaron a presenciar en primera fila la reinvención de Rubalcaba en su papel de vicepresidente primero.
A la pregunta de las pensiones respondió evasivo, pero dejando claro que no habrá marcha atrás, por si había dudas. Y al ataque, para tachar al PP de "partido antisocial" por no haber subido las pensiones suficientemente cuando gobernaba.
Con Hernando y Gil-Lázaro tiró de tablas y utilizó tres recursos eficaces: no igualar el tono de dureza de sus oponentes; dirigirse a Mariano Rajoy y aprovechar el error de los del PP al salir en defensa de su portavoz.
Lo primero lo hizo para dejar la dureza y la descalificación en manos de quienes le preguntaban y para, dentro de lo posible, adoptar un tono más institucional y de defensa del Estado. Por eso les dijo que las acusaciones contra el comisario general de información desprestigian a la policía y favorecen a los presuntos corruptos juzgados en Marbella, y que las sospechas sobre el supuesto chivatazo a ETA dificultan el trabajo de los agentes en el País Vasco.
Para ningunear a su oponente y situarse en el plano de líder de la oposición se dirigió dos veces directamente a Rajoy. Una para felicitarse de que se quedara en el Pleno una vez terminada su intervención, en lugar de abandonarlo como suele hacer siempre, y la segunda para emplazarle a combatir la corrupción en lugar de poner en cuestión el trabajo de jueces y policías. El tercer recurso de Rubalcaba fue usar en su provecho el desliz de los dos diputados del PP al salir en defensa de Soraya Sáenz de Santamaría, que acababa de intervenir. Hernando preguntaba sobre el caso Malaya, pero prolongó el argumento de su portavoz sobre las pensiones y el vicepresidente le contestó: "Lo único que he podido oír es que sale usted en defensa de la señora Sáenz de Santamaría; lo único, lo cual no sé si le hará mucha gracia". De esa forma quedó la imagen de que hasta los diputados del PP se vieron en la necesidad de salir en defensa de su portavoz tras haber sido derrotada en el cara a cara.
Antes que ellos, Zapatero y Rajoy interpretaron disciplinados el papel de teloneros con una pregunta y una respuesta cargadas de cifras tan contradictorias entre sí como imposibles de encajar en un debate político ágil y comprensible.
Las perlas del enfrentamiento
- Sáenz de Santamaría: "Hace falta más que química para transformar mentira en verdad".
- Rubalcaba: "Tratan de lavar una imagen consolidada de partido antisocial (...) Son los adalides, los campeones de las políticas sociales cuando están en la oposición, en el Gobierno se olvidan. Los españoles no se olvidan de que ustedes se olvidan, por eso creen que son ustedes un partido profundamente antisocial".
- Rafael Hernando: "Cientos de agentes de policía y Guardia Civil, supongo que a sus órdenes, y su camarilla político-mediático-policial investigan a mi partido. Su ascenso, triste epitafio para Zapatero que pasa a la promoción de la mentira y la involución (...) Pasó lo de Paesa y Roldán, mientras negociaba el silencio de Amedo para tapar el GAL y preparaba dossieres contra oposición, jueces y periodistas (...) Pierde el pelo pero no el vicio".
- Rubalcaba: "Lo grave es que usted traiga aquí esa táctica, porque el abogado se levantará en el juicio y esgrimirá el Diario de Sesiones en defensa de su teoría en contra de la policía y del juez del caso Malaya. Lo más grave es que su grupo en lugar de atacar a los presuntos corruptos -que los tienen- están atacando a la policía".
- Ignacio Gil-Lázaro: "Lo que dice es una necedad y una osadía. El chivatazo representó volver a situar al Estado en las cloacas y lleva la marca Rubalcaba, la marca de la manipulación, de la mentira, de la traición y del escándalo. Es usted portavoz de su pasado, representante de aquel felipismo hundido por la corrupción y los crímenes de Estado. Es usted deudor de la democracia por la ruindad de su conducta en la jornada de reflexión del año 2004. Zapatero y usted son las equis del Faisán".
- Rubalcaba: "Me ha hecho usted 26 preguntas sobre este asunto que, sumado el tiempo, suponen una hora insultándome, calumniándome, a mí y al Gobierno, a muchos policías que se juegan hoy todavía la vida en el País Vasco".
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