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Estatuto "encauzado", pero no celebrado

El PNV, al margen de la fiesta oficial del 25-O pese al acuerdo para apurar el texto de Gernika - Negociadores históricos ven algo más que transferencias en el acuerdo

El de mañana no será un aniversario cualquiera del Estatuto, porque hasta los más críticos con su grado de cumplimiento, el PNV, han calificado de "histórico, determinante y definitivo", en palabras del presidente de este partido, Iñigo Urkullu, el acuerdo para su cierre alcanzado la semana pasada.

Sin embargo, la división seguirá patente y, pese al emplazamiento del PSE-EE y la invitación oficial del Gobierno a los peneuvistas a sumarse a la celebración de mañana, ese partido no acudirá. Solo lo harán, en calidad de vicepresidente y secretario segundos de la Cámara, Iñigo Iturrate y Mikel Martínez, que ya estuvieron el año pasado, y el presidente de la Asociación de Municipios, Eudel, Jokin Bildarratz, que en 2009 no acudió. El partido como tal, encarnado en miembros de su ejecutiva, no estará.

Para Castells, "lo que hace falta es un nuevo Estatuto y recuperar categoría"
Guevara cree que al PNV "se le acaban las cartas" y tendrá que fabricar otras

La conmemoración de mañana, por primera vez como celebración oficial del Día de Euskadi, del 31º aniversario de la aprobación del Estatuto de Autonomía de Gernika seguirá así sin ser una fiesta unitaria. De nada servirá la aparente satisfacción peneuvista por el acuerdo para su desarrollo, a cambio del cual ha salvado de las elecciones anticipadas, y probablemente de una derrota segura, a José Luis Rodríguez Zapatero, que ve ahora despejado el camino hasta el fin de la legislatura. Urkullu no está "para fiestas impuestas", dijo el viernes él mismo, en referencia a la aprobada en el Parlamento con la nueva mayoría PSE-PP-UPyD.

Para Juan Porres, director de gabinete con el primer lehendakari, Carlos Garaikoetxea, y miembro en los primeros años 80 de la Comisión Mixta de Transferencias y de la Junta de Seguridad para la Ertzaintza, el salto que ahora daría el Estatuto no se puede comparar ni cualitativa ni cuantitativamente con el de su época. "Allí estuvieron el Concierto Económico, la Ertzaintza, los medios de comunicación, Industria, muy importante por la crisis, Cultura, Educación...", recuerda, o después la Sanidad o la Universidad. Ni tampoco con el que en 1996 arrancó del PP, a cambio del voto favorable del PNV a la investidura de José María Aznar, y con Juan José Ibarretxe como vicelehendakari al frente de la negociación. "Quitando la puesta en marcha, el más fuerte, con mucha diferencia, fue el acuerdo de Aznar", afirma. Lo que se ha hecho ahora, salvo las políticas activas de empleo, "tiene escaso peso, incluso financiero". Porres no cree que se vaya a perder dinero con las bonificaciones. "El PNV habrá hecho las cuentas", calibra. En todo caso, daría igual: con el Concierto hay que estar "a las duras y a las maduras". "En mi época, con Agricultura ganábamos mucho dinero, porque Euskadi no es ni de lejos el 6,24% de España, pero con otras cosas es al revés".

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Porres adjudica una "resonancia básicamente política, no económica" a lo que va a quedar como el cierre del Estatuto, y se muestra satisfecho de que, en muchas, cosas, haya continuado la filosofía fijada por los de su generación. Lo mismo que está seguro, por su experiencia pasada, de que habrán quedado sellados otros compromisos "de apoyo mutuo" ahora no conocidos.

Porres desvela que el Gobierno central, con la UCD de Juan José Rosón y Rodolfo Martínez Villa al frente, realizó una oferta de traspaso de las prisiones. El Gobierno vasco la rechazó porque no tenía aún policía propia para realizar la vigilancia exterior, a cargo de la Guardia Civil. "No queríamos problemas", rememora. Tampoco con el socialista Fernando Ledesma fue posible y así hasta hoy. Porres valora, en todo caso, y pese a lo excluido, "la envergadura de lo alcanzado ahora".

"No es tanto", contrasta en su valoración el profesor de la Facultad de Derecho de la UPV, José Manuel Castells. Aunque admita que es el paso más importante desde los años 80. "Pero, en un momento en que se ha consolidado seis comunidades con estatuto nuevo, conformarnos con esto, es conformarnos con la segunda división. Lo que hace falta es "un nuevo Estatuto para este siglo y recuperar categoría, porque, salvo por el Concierto, competencialmente estamos al nivel de Murcia", dice.Al también histórico negociador de la Comisión Mixta de Transferencias por el PNV, hoy en posturas opuestas a ese partido, Emilio Guevara, el desprecio de Urkullu por la fiesta de mañana le parece "la mejor demostración de que el PNV no llegará nunca al respeto del bloque de constitucionalidad, comprendido el Estatuto, ni al respeto a la pluralidad. No me coge de sorpresa, les sirve cualquier excusa y no van a estar nunca, salvo que vuelva a haber un lehendakari del PNV y sea para soltar un discurso reivindicativo". Para Guevara, "no era tanto lo que faltaba". Comparado con todo lo ya transferido, el acuerdo de ahora "no soporta la comparación". "Pero simbólica y cualitativamente sí es importante, porque supone dejar agotado un tema". Entre otras novedades que traerá, está, dice "la de que al PNV se le acaba un discurso, el del incumplimiento estatutario. "Al tahúr se le están acabando las cartas, tendrá que fabricar otra baraja", bromea.

Pese a ese convencimiento, Guevara se congratula por el fin del "zoco" - "lo que está en el Estatuto está en el Estatuto y punto", dice- , pero cree que Zapatero ha pagado "por el cauce y en el momento inadecuado". La única ventaja, afirma, es que "los cromos se van acabando, no sé qué inventarán luego". Guevara, como Porres, no cree que el acuerdo comprenda sólo lo que se ha publicitado y piensa que el pacto alcanzará tanto a la gestión del final de ETA y la reconversión de la izquierda abertzale como a las coaliciones futuras. A su juicio, "todo viene a dar la razón a quienes en el PSE prefieren pactar con el PNV en Euskadi aunque sea yendo en segunda posición".

Al PNV se le plantea un triple camino, piensa: "con el Estatuto ya colmatado, aguantar un cierto tiempo porque ya hay bastante; plantear con tiento y tiempo una reforma con el Estatuto catalán como referencia, o saltar a la reclamación soberanista"

El pasado año, como recoge la fotografía, se celebró en la sede de la Presidencia del Gobierno vasco el 30º aniversario del Estatuto de Gernika.
El pasado año, como recoge la fotografía, se celebró en la sede de la Presidencia del Gobierno vasco el 30º aniversario del Estatuto de Gernika.PRADIP J. PHANSE

El tercer 25-O paralelo de Ibarretxe

La predilección del anterior lehendakari, Juan José Ibarretxe, por la fecha del 25 de octubre, y por la contraprogramación coincidiendo con ella, es conocida. El ex lehendakari utilizó la efemérides tres veces: en 2003, vistió de gala a su Gobierno tripartito para presentar el proyecto de nuevo estatuto conocido como plan Ibarretxe , con cuyo rechazo en el Congreso como bandera llegó a las elecciones de 2005 para perder cuatro parlamentarios y 140.000 votos. En 2008 volvió a elegir la fecha y la plasmó en una ley, la de Consulta, para celebrar en Euskadi un referéndum, pese a su promesa electoral de no hacerlo nunca con ETA en activo. Antes del día fijado, la ley fue declarada inconstitucional y todo lo que hubo finalmente ese día fueron unas vistosas concentraciones humanas reclamando el derecho a decidir.

Lo que nunca ocurrió, en los diez años de ejercicio de su cargo, entre 1999 y 2009, es que Ajuria Enea fuera lugar de celebración del aniversario de la aprobación en referéndum del Estatuto de Gernika en tal fecha de 1979. Ibarretxe prefirió siempre evocar el 25 de octubre de 1839, tenido por el nacionalismo como una fecha de pérdida de derechos históricos. Por último, este 25 de octubre, el último lehendakari del PNV lo ha elegido como el día en que leerá su tesis doctoral en la UPV. Allí ha dicho que estará, entre otros, el presidente de su partido, Iñigo Urkullu, tras dejar claro que podría haberlo compatibilizado por horarios con la fiesta oficial, pero que no lo quiere hacer.

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