La banca coloca en un día más de la mitad de los bonos

Los bonos de la Generalitat fueron ayer el producto estrella de las oficinas bancarias. Y no solo en Cataluña. Las 23 entidades financieras que comercializan las obligaciones colocaron en apenas seis horas 1.000 millones de deuda pública en el mercado minorista, más de la mitad del monto total de 1.890 millones de euros que la Generalitat emitirá inicialmente, ampliable hasta 2.500 millones. Solo La Caixa, la entidad que lidera la colocación, logró suscripciones por un importe de cerca de 320 millones.

Los catalanes se despertaron ayer con la campaña Inverteix en seny, con la que la Generalitat publicita una emisión destinada a todos los ciudadanos para que compren deuda pública de la Administración autónoma, en bonos de 1.000 euros, con una remuneración del 4,75% a 367 días. No habría sido necesaria la publicidad, puesto que las oficinas bancarias llevaban ya semanas elaborando listas de los clientes interesados.

Los responsables de los departamentos alaban el alto interés de la emisión

Fuentes financieras aseguraron que el próximo lunes ya se habrán cubierto los 1.890 millones. Aun así, el periodo de suscripción se alarga hasta el 12 de noviembre, cuando empezará el prorrateo si, como todo apunta, hay más demanda que oferta. Desde el departamento que dirige Antoni Castells se aseguró, no obstante, que todos los solicitantes recibirán un mínimo.

Fuentes de una de las principales entidades que participa en la operación explicaron ayer que calculaban haber cubierto ya el 80% del importe que les correspondía colocar. Además, señalaron que no solo demandaban bonos los clientes catalanes, sino también los de otras comunidades, atraídos por la rentabilidad, que hace solo tres días la agencia de calificación Moody's criticó por considerar "elevada". Otra entidad explicó que el perfil de cliente era muy variado: desde pequeñas cantidades hasta grandes patrimonios que querían invertir parte de su capital con una estrategia conservadora.

Los bonos cotizarán en el mercado de deuda pública de Cataluña de la Bolsa de Barcelona.

Entre los ciudadanos, el interés por los bonos empezó ayer a materializarse, sin duda, en compras. Entre los políticos, el éxito de la emisión catalana no está tan clara. Josep Antoni Duran Lleida (CiU), Joan Puigcercós (ERC) y Alicia Sánchez-Camacho (PP catalán) coinciden por una vez: no comprarán bonos, porque la hipoteca que tienen pesa demasiado en su economía como para planteárselo.

En las filas del Gobierno, en cambio, sí habrá muchos inversores. Ocho de los 13 consejeros confirmaron que comprarían bonos. Y nadie en el Gobierno admitió que no lo haría.

Josep Huguet, responsable del Departamento de Innovación, Universidad y Empresa, fue el primero que, nada más conocerse la emisión señaló que esperaba que los catalanes fueran "en masa" a comprar las obligaciones y prometió que él mismo daría ejemplo. Ayer añadió que quienes dicen que la Generalitat podría incurrir en impagos de intereses son poco cívicos, porque el sector público "siempre devuelve el dinero".

Antoni Castells, consejero de Economía, siguió sus pasos y, tras explicar hace una semana los detalles de la emisión, señaló que él también invertiría en deuda catalana. Castells consideró la operación "magnífica y, sin duda, muy atractiva". Invitó incluso al presidente José Montilla y al líder de CiU, Artur Mas, a ir "cogidos de la mano a comprar" deuda. Ninguno de los dos ha querido, por el momento, confirmar si ha acudido a una entidad bancaria a suscribir bonos. Los que sí confirmaron ayer que lo harían fueron ocho consejeros.

Marina Geli, responsable del Departamento de Salud, comprará bonos. También entra en los planes de Mar Serna, consejera de Trabajo, y de Carme Capdevila, consejera de Acción Social y Ciudadanía. "La opción, desde el punto de vista financiero, es buena: ofrece el 4,75% y difícilmente estaría por encima del 2% en cualquier otra operación de estas características. Si puedo, lo haré", explico Joan Saura, consejero de Interior.

En la misma línea se pronunció ayer Jordi Ausàs, responsable de Gobernación y Administraciones Públicas. "Es un buen producto financiero. ¿Cuántas compraré? No lo sé".

Sobre la cantidad de inversión, todos callaron. Es una cuestión, dijeron, que atañe a la vida privada. Esta excusa es la que dieron portavoces de Joaquim Llena, consejero de Agricultura; Joan Manuel Tresserras, consejero de Cultura; Joaquim Nadal, consejero de Política Territorial, y Francesc Baltasar, consejero de Medio Ambiente, para no decir sobre la compra de bonos ni sí, ni no, ni todo lo contrario. "Es un asunto que atañe solo a sus finanzas personales y, por tanto, no lo dirán", repitieron varios portavoces.

Montserrat Tura, consejera de Justicia, se mostró incómoda ante la pregunta, porque consideró que la decisión atañe a la vida privada. Ante unos bonos con condiciones tan atractivas, dijo, comprar o no no es una cuestión de patriotismo, sino de la situación financiera y la gestión económica personal y, por tanto, una cuestión que a nadie le interesa.