El Ayuntamiento pagará 350.000 euros en horas extras por la visita del Papa

La visita del Papa a Barcelona le va a costar al Ayuntamiento -es decir, a los barceloneses- 350.000 euros en horas extras de la Guardia Urbana y por las necesidades extraordinarias del servicio de limpieza y mantenimiento. Estos gastos están incluidos en una modificación presupuestaria que, previsiblemente, será aprobada hoy de forma definitiva en la comisión de hacienda municipal.

El 13 de septiembre pasado ya tuvo el visto bueno de CiU, ICV-EUiA y el PSC para ser aprobada de forma inicial. Se aprobó una modificación de crédito por un total de 8.628.000 euros de los que 600.000 se destinan a "gastos de mantenimiento, promoción y seguridad por acontecimientos en la ciudad" hasta finales de año. Esos 600.000 se desglosan de la forma siguiente: 150.000 van a gastos de mantenimiento y limpieza por "acontecimientos extraordinarios en el espacio público", 200.000 se imputan a gratificaciones -horas extras- del servicio de la Guardia Urbana por "acontecimientos" en la ciudad, y los restantes 250.000, a las campañas de Navidad, según fuentes del Ayuntamiento. El PP se abstuvo en aquella votación y lo mismo hizo ERC.

ERC, CiU y el PSC llaman a exhibir la 'senyera' al paso del Pontífice

El vallado de calles y el centro de control costarán 370.000 euros más

Además del coste en horas extraordinarias, el Ayuntamiento gastará 370.000 euros en "adecuación de las calles e información ciudadana", y en el refuerzo del sistema informático del centro de coordinación de la calle de Lleida, desde el que se contralará toda la seguridad. El Consistorio es el que paga la factura más abultada. En total, unos 720.000 euros. La Generalitat y la Diputación aportan aproximadamente 350.000 euros para montar el centro de prensa en las Atarazanas. El consistorio argumenta que la visita del Papa es una excelente promoción de la ciudad.

En opinión del sindicato CGT, de orientación anarquista, con mayoría en el comité de empresa de Transportes Metropolitanos de Barcelona, los gastos que acarrea el periplo de Benedicto XVI para la ciudad son un "despilfarro". Argumentan que en tiempo de ajustes económicos severos que incluyen rebajas de sueldo de los funcionarios "no es de recibo destinar tanto dinero al Papa". Y por ello han convocado huelga para el 7 de noviembre. Fuentes del sindicato señalaron que la convocatoria se formalizó ayer en el Departamento de Trabajo de la Generalitat, que deberá fijar los servicios mínimos.

La presencia de Benedicto XVI está provocando polémicas a diario entre los grupos municipales. Ayer, los republicanos aprovecharon para recriminar a ICV-EUiA su "doble juego". "Dicen que están en contra de la visita del Papa, pero aprueban una modificación presupuestaria para hacer frente a los gastos extraordinarios que generará. ¿En qué quedamos?", inquirió la edil republicana Esther Capella.

La guerra soterrada entre los otrora socios de gobierno se ha repetido en más de una ocasión. ERC propuso hacer un llamamiento a los barceloneses para que cuelguen senyeres de balcones y ventanas durante el fin de semana del 6 y 7 de noviembre para hacer notar "desde el laicismo" la identidad catalana. A nadie se le escapa que la imagen de Barcelona se proyectará por todo el mundo y que la simbología tiene su importancia.

La propuesta fue apoyada por los socialistas y CiU. El Partido Popular se abstuvo porque haría extensiva la invitación de colgar banderas "a todas". En realidad, se referían a la española. Iniciativa votó en contra por su objeción manifiesta a la visita de Benedicto XVI. Ricard Gomà (ICV) argumentó que exhibir las senyeres puede interpretarse como un saludo de la ciudad al Papa. De ahí su rechazo.