_
_
_
_
Reportaje:SI LOS EDIFICIOS HABLASEN

Un escenario para Almodóvar

La Corona de espinas de la Universitaria aparece en su última película

La biblioteca redonda parece una caracola. Mesas de madera recorren la estructura circular coronada por una claraboya. Las paredes son de hormigón visto y de libros. En el centro, un hombre da una conferencia. Es un cirujano plástico con la cara de Antonio Banderas.

Pedro Almodóvar ha rodado hace unas semanas dos escenas de su nueva película, La piel que habito, en la Corona de espinas de la Ciudad Universitaria. "Buscábamos un edificio singular que aportara con su expresividad arquitectónica un elemento más a la acción que teníamos que narrar, y el edificio de Higueras, muy conocido en Madrid desde fuera, posee una magnífica geografía interior", explica Esther García, productora del filme.

Después de dar la ponencia en la biblioteca, el vengativo personaje que interpreta Banderas pasa al recibidor del edificio, donde se celebra un cóctel. Banderas es mucho Banderas, pero la entrada de la Corona de espinas bien podría robarle algún plano. Bajo un techo de cristal que parece sujeto por una intrincada tela de araña metálica, los voladizos de hormigón se disparan desde el patio central formando 30 gajos que se convierten en 60 módulos en la fachada. La estructura radial está basada en la repetición y la geometría. En su interior uno cree habitar un diente de león o un copo de nieve, algo increíblemente complejo, pero al mismo tiempo natural. Para rematar esta joya de la arquitectura orgánica, el tejado transitable de la Corona de espinas tiene un bosque de lucernarios con forma de púa que le han valido su apodo.

"Aunque hay que arreglar algunas cosas, tenemos espacio, luz y arquitectura de calidad", dice en el edificio el arquitecto Alfonso Muñoz Cosme, subdirector del Instituto del Patrimonio Histórico Español, el organismo que alberga la Corona. "Higueras venía a contemplarlo de vez en cuando, estaba muy contento con que al final sirviese a la función para la que lo había pensado", explica recorriendo las grandes salas donde se restauran enormes lienzos históricos y laboratorios con complicados sistemas que controlan la temperatura, la humedad y el polvo en suspensión.

La historia del edificio es cuanto menos azarosa. En las salas de restauración de papel (que están llenas de pergaminos desplegados sobre mesas de luz, pero donde también se arreglan globos terráqueos o abanicos) los restauradores están trabajando sobre la maqueta de papel y corcho del anteproyecto que Higueras y Rafael Moneo realizaron para el Centro de Restauraciones Artísticas, con la que ganaron el Premio Nacional de Arquitectura en 1961. Aquel proyecto era también un edificio circular, pero no tiene los pináculos característicos del que finalmente construyó Higueras junto a Antonio Miró.

El proyecto definitivo de la Corona de espinas es de 1964, aunque no se empezó a construir hasta el 67 y, tras tres años, la obra se paralizó hasta mediados de los ochenta. Durante aquel largo parón Higueras lo solía llamar en broma el "edificio de restauración de sí mismo", desesperado por los constantes cambios de planes: se habló de que fuese Centro de Arte y Cultura, sede de Presidencia de Gobierno, del Tribunal Constitucional y de la OTAN.

Hoy, la obra de Higueras necesita algún retoque y pide a gritos que sus jardineras vuelvan a llenarse de plantas (están en ello, asegura el subdirector), pero sigue siendo una obra cumbre y uno de los edificios más llamativos de Madrid. Como tal quedará inmortalizado en el cine español más internacional, aunque no es la primera vez que aparece en la gran pantalla. Sus talleres de restauración se pueden ver en sendas escenas de La tabla de Flandes y Salsa rosa, y su biblioteca se convirtió en la sala secreta de un casino para rodar una timba de la comedia Airbag. Los restauradores recuerdan cómo se cubrieron los libros con grandes telas negras para darle un aire más patibulario al intelectual decorado, al que, por cierto, cualquiera puede darse el lujo de entrar con tan solo presentar el DNI.

Exterior del Instituto del Patrimonio Histórico Español conocido como la Corona de espinas.
Exterior del Instituto del Patrimonio Histórico Español conocido como la Corona de espinas.ULY MARTÍN

LA CORONA DE ESPINAS

- Autores. Fernando Higueras y Antonio Miró.

- Obra. 1964-1988.

- Estilo. Orgánico.

- Ubicación. El Greco, 4. (Ciudad Universitaria)

- Función Sede del Instituto del Patrimonio Histórico Español.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_