_
_
_
_
69 días bajo tierra

"Espero que nunca más vuelva a ocurrir"

Urzúa, el último minero en salir, pide seguridad al mandatario chileno

Francisco Peregil

Como máximo responsable de la república que se instauró a 700 metros bajo tierra durante 70 días, el jefe de turno, el líder de los 33 mineros, Luis Urzúa, se dirigió al presidente chileno, Sebastián Piñera, con un mensaje solemne casi pensado para los libros de historia: "Le entrego el turno y espero que esto nunca más nos vuelva a ocurrir. Gracias a todos, gracias a todo Chile y a todas las personas que han cooperado. Me siento orgulloso de ser chileno". Después de recoger el turno, también con la solemnidad que el momento requería, y después de fundirse en un abrazo, el presidente soltó al aire el grito más popular del país: "¡Viva Chile, mierda!".

Urzúa pasó a comentarle cómo fue el espanto del primer día: "Rogamos, porque teníamos tres o cuatro personas que iban saliendo. Siempre nos preguntamos si habrían salido o no. La nube de polvo duró más de tres horas. Sentimos que se venía la montaña bajando hacia nosotros y sin saber lo que pasaba".

Más información
31 de los 33 mineros son dados de alta
Uno de los rescatadores denuncia las condiciones "inhumanas" de la mina San José
Amnistía Internacional critica a Chile por no ratificar el convenio de seguridad en la minas de la OIT

Después vino la desazón de la duda. "Nosotros veíamos cómo perforaban las máquinas. Los primeros cinco días estábamos seguros de que estaban trabajando por la mina, pero veíamos que era difícil. Sabía cómo estaba la cosa", comentó Urzúa. Y el presidente le transmitió la angustia que se vivía desde arriba: "Perforábamos pero no sabíamos dónde estaban, si estaban vivos o muertos". Así, durante 17 días en que Urzúa tuvo que mantener la disciplina entre 33 hombres desesperados, hambrientos y desolados: "Al último estábamos comiendo cada 48 horas, para dejar algo para más adelante".

Por fin, al cabo de 17 días, una sonda contactó con ellos. "Cuando llegó la primera sonda al refugio todos querían abrazar el martillo", comentó el jefe de turno. Ahí fue cuando mandaron el famoso mensaje: "Estamos bien en el refugio los 33". Enviaron otros mensajes en aquel primer tubo. "Uno decía: 'Mándame comida, tengo hambre'. Fueron muchos, pero Dios quiso que llegaran los que debían llegar", aseguró Urzúa.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_