Plan gallego de investigación

En el año y medio del actual Gobierno gallego son escasas las referencias a la investigación, innovación y desarrollo en los discursos tanto del presidente como en el de sus consejeros. Quizás se piensa que en estos tiempos de crisis económica en que vivimos hay que concentrar esfuerzos y recursos en lo esencial dejando a un lado lo accesorio. Si es así, se comete un error, dado que el I+D+i es esencial a medio y largo plazo, aunque esto no sea visible para muchas capas de la sociedad y por ello no tenga rendimiento electoral.

En tiempos de estrecheces resulta lógico que la investigación también tenga que apretarse el cinturón, pero es importante que esos posibles recortes no impidan un desarrollo razonable del sistema de investigación ni corten en seco el notable progreso alcanzado en los años más recientes. En los últimos seis años, en España los recursos dedicados a I+D+i se han casi triplicado lo que ha hecho posible que el recorte presupuestario del último ejercicio, aunque doloroso, no haya supuesto grandes daños al sistema. En Galicia también hubo un notable aumento presupuestario en este periodo, lo que dio lugar a una mayor presencia de equipos gallegos en el panorama científico internacional así como una mayor implicación de las empresas gallegas en la innovación y desarrollo. El último año, sin embargo, los recortes fueron importantes, superaron en muchos apartados el 30% y en general supusieron una ralentización de muchos programas.

Parece que algunos piensan que, fuera de las empresas, la investigación es algo decorativo

En los próximos meses, el Gobierno gallego tiene dos actuaciones importantes y decisivas para la evolución de Galicia: el plan gallego de I+D+i y la financiación de las Universidades. La generación de riqueza y de conocimiento así como la posibilidad de mayores oportunidades para nuestra juventud depende en gran medida de dichas actuaciones. Las dos, aunque claramente diferenciadas, están íntimamente relacionadas. La actividad investigadora e innovadora constituye cualitativa y cuantitativamente el principal núcleo del sistema gallego de investigación y por ello debe de tener un tratamiento adecuado. Por otra parte, en la financiación de las universidades la investigación e innovación deben ser los principales factores a tener en cuenta. En los países desarrollados se hace claramente la distinción entre Universidades investigadoras de las que no lo son y, consecuentemente con ello, así son financiadas.

Debido a esta relación entre la financiación de las Universidades y el plan gallego de I+D+i resulta extraño que el director general de Innovación de la Consellería de Economía e Industria no haya participado más activamente en las conversaciones con las universidades ni que éstas sepan cómo participan en el plan gallego. Tampoco ha habido ninguna información sobre el plan en el Consello Galego de Universidades, a pesar de haber sido solicitada por varios miembros de dicho órgano y por algún rector.

La sensación que tienen muchos investigadores es que el director general de Innovación recela de la comunidad científica y tecnológica dado su desconocimiento de la misma y la falta de experiencia sobre ella, y que se concentra estrictamente en las áreas más relacionadas con la consellería a la que pertenece,es decir Economía e Industria. Parece que se piensa que, fuera de las empresas, la investigación es algo decorativo, muy bonito para enseñar pero sin realmente ningún valor práctico. Si es así, no solamente se está profundamente equivocado sino que se ignora la evolución de sectores productivos gallegos en donde el papel de investigadores científicos universitarios y de centros públicos de investigación ha sido decisivo en su desarrollo. En políticas de I+D+i esta casi todo inventado y sería importante para Galicia que el plan gallego fuese parecido a lo que se hace en Cataluña o en el País Vasco o en Andalucía, por poner modelos diferentes. Inventar hoy en día la pólvora es un signo más de ignorancia