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"Esperamos volver al centro algún día"

Camilo S. Baquero

Los vecinos del oratorio musulmán Al-Ouahda, en Mataró (Maresme), son un puñado de empresas textiles, la sede de la Cruz Roja y la riera de Sant Simó. Desde hace ocho años, el centro funciona en los bajos de una nave del polígono de Matarocafonda. Pasando una calle está el barrio de Rocafonda, donde viven el 26% de los marroquíes del municipio.

El oratorio no está allí por casualidad, según explica Mohamed Elghory, presidente de la asociación cultural que maneja el templo. Antes estaba en un pequeño local del centro, pero la llegada de más fieles, gracias a la inmigración, obligó a muchos creyentes a rezar en la calle. "La gente se nos echó encima y llegamos a un arreglo con el Ayuntamiento para venirnos aquí", recuerda.

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Antes de las cinco de la tarde, las calles del polígono se llenan de hombres que visten chilabas y jóvenes africanos con vaqueros y camisetas de baloncesto. Es hora de rezar. Algunos vienen en sus coches y aparcan en un solar aledaño al bajo. Hasta allí llega el sonido del interior, gracias a un sistema casero.

Elghory no explica cuál es el aforo del oratorio, pero acepta que en el Ramadán y los viernes muchos fieles se tienen que quedar en el descampado. Además de la sala enmoquetada para orar y el sitio para lavarse los pies, el templo cuenta con aulas para impartir clases de árabe y catalán, entre otras.

Los trabajadores de otras naves no tienen quejas de sus vecinos. "Son todos muy buenas personas, ni se oyen", asegura una mujer que trabaja en la zona. Elghory critica que ninguna iglesia católica esté en un polígono. Y apela al poder de las urnas para decidir sobre su colectivo en el futuro. "Somos parte de la vida de muchas personas, no solo por el rezo. Esperamos un día volver al centro", zanja.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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