La revisión del recibo de la luz vuelve a enfrentar a Industria con el PP

El recibo de la luz vuelve a enfrentar al Ministerio de Industria y al principal partido de la oposición, el PP. De las declaraciones realizadas ayer por el secretario de Estado de la Energía, Pedro Marín, y por el secretario de Economía y Empleo del PP, Álvaro Nadal, en torno a una posible subida de tarifas en octubre quedaron claras varias cosas. Primera, que el Ministerio de Industria, tras congelar para el último trimestre del año la parte del recibo de la luz sobre la que tiene competencias (las llamadas tarifas de acceso), no descarta subir la luz en octubre a los usuarios acogidos a la Tarifa de Último Recurso (TUR), que son la gran mayoría, si la subasta de energía que se celebra hoy se cierra con precios al alza. La segunda cosa que quedó clara es que el PP no está dispuesto a compartir decisiones que afectan a los consumidores de forma negativa. Las tarifas subieron en enero un 2,64% de media.

La CNE cree que el sistema para fijar el precio de la energía tiene defectos

Nadie prevé una subida importante de tarifas para el último trimestre

Por esa razón, Nadal desmintió rápidamente el anuncio que hizo el secretario de Estado de que el PP y el Gobierno habían pactado trasladar a las tarifas el resultado de la subasta de energía que se celebrará hoy y que supone el 50% del recibo.

Frente a la declaración de Marín, que según matizaron fuentes del Ministerio se basó en los principios aceptados por las dos partes en el mes de julio, Nadal negó cualquier posible acuerdo. Y se explayó. El pacto en materia energética que el Gobierno negocia con el PP, dijo Nadal, depende de que el Ejecutivo "tome una decisión seria y ponga por escrito formalmente qué tipo de medidas quiere poner encima de la mesa para evitar una subida descomunal" del recibo de la luz en próximas revisiones.

Enfrentamientos al margen, lo cierto es que nadie prevé una subida fuerte de la luz en octubre. En julio, el Gobierno decidió no tocar el recibo y el PP se anotó el tanto. A tres meses del fin de año y con la posibilidad de pacto energético entre el Ejecutivo y el PP abierta, aunque sin entusiasmo, nadie quiere prender nuevas mechas. Y menos en un contexto de crisis económica y dificultades para las familias.

Para añadir argumentos a quienes cuestionan las revisiones de las tarifas en la forma en que se hace, la Comisión Nacional de la Energía (CNE) destacó en un informe hecho público ayer que las subastas de energía que supuestamente sirven para fijar buena parte del recibo están lejos de ser perfectas: sencillamente, quienes compran y venden la energía para fijar los precios están tan relacionados entre sí que, en opinión del regulador, no hay "presión competitiva". Las críticas de la CNE coinciden con las realizadas por las organizaciones de consumidores y usuarios.