Renuncias al bautismo
La iniciativa es polémica, lo mismo que sus promotores, pero el Centro belga de Acción Laica suma ya 900 demandas de ciudadanos deseosos de borrar de las parroquias sus actas de bautismo. En 2008, se recibieron 70 solicitudes. En 2009 fueron 380. El escándalo de los abusos sexuales a menores ha generado una ola crítica de católicos que quieren desaparecer de los archivos eclesiásticos. Si bien la cifra de bautizados sigue siendo muy superior -unos 60.000 al año- el fenómeno no habría tenido tanto eco si no fuera por las facilidades aparentemente dadas por la organización laica.
A través de la denominada Federación de Amigos de la Moral Laica, sus patrocinadores brindan ayuda para organizar los trámites administrativos destinados a conseguir las bajas de bautismo. Las críticas no se han hecho esperar, y apuntan a la presunta intromisión en un terreno ajeno de una organización partidaria de separar religión y sociedad.
El debate se une a otro anterior acerca de la respuesta dada en las propias iglesias belgas a los excesos del clero. El pasado domingo 12 de septiembre, la prensa local flamenca, de habla neerlandesa, recordaba que "solo fueron mencionados en los sermones de uno de cada tres templos". En Valonia, la zona francófona y donde se han registrado, de momento, menos casos, la situación tuvo más eco dominical. Según el rotativo Het Laastse Nieuws, todos los mensajes tuvieron un tono similar: de vergüenza por lo sucedido y de llamada a la comprensión.
Al abogado Walter van Steenbrugge le parece que todas las reacciones ciudadanas apuntan hacia una misma meta: "Perder el miedo para que la justicia haga su trabajo". "Después de lo que hemos visto en Bélgica, es la manera de que la gente se sienta más libre. A la situación creada por los abusos se ha sumado la concentración del poder de los obispos y el Vaticano. Y la libertad es lo único bueno que puede salir de todo esto", concluye.
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