Montilla y Rajoy pugnan por frenar el auge independentista
Los socialistas buscan despertar a los electores que solo votan en las generales
El sentimiento independentista en Cataluña se encuentra en sus cotas más altas según todas las encuestas, pero siguen siendo mayoría los catalanes que, de una u otra forma, quieren seguir vinculados a España. Sobre esta base los socialistas y el Partido Popular (PP) han trazado una estrategia paralela para movilizar a esta parte del electorado con vistas a las elecciones del 28 de noviembre y aguar la anunciada victoria de Convergència i Unió (CiU). El líder del Partit dels Socialistes (PSC), José Montilla, y el presidente del PP, Mariano Rajoy, lanzaron ayer en paralelo el mensaje de que son los únicos que pueden garantizar que Cataluña no se salga de la senda constitucional y se aventure por la via independentista.
Rajoy reunió ayer en Barcelona a los responsables de las casas regionales en Cataluña para lanzar en su presencia el mensaje de que el PP es el que mejor defiende el espíritu del Estado de las autonomías. "Creemos en la Constitución de 1978, que es lo que une a lo españoles", dijo. En su discurso obvió cualquier referencia al recurso del PP contra el Estatuto, que ha mantenido arrinconado al PP en el panorama político catalán durante cinco años.
Siguiendo la hoja de ruta del líder, la candidata del PP en Cataluña, Alicia Sánchez-Camacho, tampoco hizo referencia alguna al recurso. Dijo que no perdería ni un momento en hablar de la independencia de Cataluña, pero su discurso estuvo plagado de referencias a los que quieren separar Cataluña de España. Si Rajoy presumió de sus genes gallegos, Sánchez-Camacho no quiso ser menos y buscó la complicidad del público recordando que sus padres son manchegos.
Los dos criticaron a los socialistas por entender que son los responsables de la situación de desencuentro entre Cataluña y el resto de España. Rajoy también tuvo tiempo para poner el grito en el cielo por el hecho de que el Gobierno haya transferido al País Vasco las competencias en políticas activas de empleo a cambio de apoyo a los presupuestos generales del Estado. "No se pueden hacer chapuzas, no se pueden cambiar transferencias por votos", dijo Rajoy. Obviamente, el líder del PP no hizo mención alguna de todos los pactos que en su día alcanzó el Gobierno de José María Aznar con CiU y PNV ofreciendo traspasos y competencias a cambio de apoyo parlamentario.
El discurso del PP llegó a solaparse de forma muy evidente con el que ha mantenido el PSC en los últimos días. Así, Sánchez-Camacho coincidió con el presidente de la Generalitat en afirmar que la independencia llevaría Cataluña a una "mayor decadencia".
Los socialistas catalanes, que han visto como los recortes sociales impulsados por el Gobierno central han complicado su discurso tradicional de apoyo a los menos favorecidos, también se lanzaron a ofrecerse como antídoto a las posiciones soberanistas. Con ello esperan despertar al electorado que vota en las elecciones generales pero se queda en casa en las autonómicas. José Montilla se dibujó a sí mismo como la única alternativa a las "aventuras y los inventos" de una CiU más escorada que nunca hacia posiciones independentistas. Ante el consejo nacional del partido, Montilla criticó la calculada ambigüedad de Convergència i Unió, con un Artur Mas que se declara independentista pero que dice conformarse por ahora con el concierto económico.Montilla llamó a desconfiar de Convergència i Unió y de su candidato, Artur Mas, porque en su opinión "no sabe lo que quiere y, si lo sabe, no lo dice". Así, el presidente de la Generalitat aseguró que el concierto económico que ahora pide Artur Mas es inviable y auguró que los nacionalistas se olvidarán de esta demanda si necesitan los votos del PP para formar gobierno tras el 28-N.
Pese a fijar en la primera línea de la agenda electoral el discurso identitario, Montilla no quiso renunciar a publicitar la obra de gobierno. "Lo que prometimos lo hemos cumplido y decimos qué país queremos sin subterfugios y avalados por los hechos". En el consejo nacional del PSC celebrado ayer se aprobó el manifiesto electoral del partido, un documento que viene a ser el relato de los socialistas de los últimos cuatro años y en el que siguen reivindicando el Estatuto en su plenitud y abogan por nuevas mejoras sociales. El programa electoral definitivo no lo darán a conocer hasta mediados de octubre, cuando el PSC celebrará una conferencia nacional para aprobarlo.
Giro a la izquierda
La que espera beneficiarse de que el PSC prefiera poner el foco en el eje Cataluña-España por encima del de derecha-izquierda es Iniciativa per Catalunya (ICV). Los ecosocialistas aprobaron ayer sus propuestas electorales, entre las que se incluye retirar las subvencines a las escuelas de élite, con la mirada puesta en la huelga del próximo 29 de septiembre. Ante la escasa movilización social, el líder de ICV, Joan Herrera, llamó a "rebelarse". En su intervención en un acto de partido, Herrera insistió en que hay una ofensiva de la derecha que quiere recortar derechos y en que el día 29 de septiembre es la oportunidad de decir que no. "Es el momento de mostrar cuál es el tono de Cataluña, de demostrar que no nos resignamos ante la corrupción, los mercados, las desigualdades y las políticas de derechas". Herrera afirmó también que su formación no pactará con Convergència i Unió y apostilló: "Con nuestros votos haremos que se gire a la izquierda".
Esquerra Republicana (ERC) puso el foco en la visita que hoy hará José Luis Rodríguez Zapatero a Cataluña para participar en la Fiesta de la Rosa del PSC en Gavà. El secretario general de los republicanos, Joan Ridao, criticó al partido de José Montilla por estar "mejorando la interlocución con el PSOE" en lugar de distanciarse de él tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.