Diplomacia ante el malestar argelino

Con el fin de "disipar malentendidos", en la expresión de un diplomático, viajó ayer a Argelia el número dos de Exteriores, el secretario de Estado Juan Pablo de Laiglesia. En la agenda, dos asuntos: terrorismo y gas. Argelia -que logró que la ONU criminalizara en 2009 el abono de rescates- aboga por responder con la máxima dureza a los terroristas. De ahí su malestar al entender que España pagó a Al Qaeda por la liberación de los rehenes catalanes capturados en Mauritania. Meses antes, el ministro Miguel Ángel Moratinos había asegurado: "El Gobierno no paga rescates". El consejero presidencial Kamel Rezag puso voz a este enfado en su discurso del día 9 en la ONU: "Algunos países solo se rigen por la seguridad de sus ciudadanos aún sabiendo el uso que hacen los terroristas de los rescates para financiar actividades criminales".

De Argelia depende el aprovisionamiento de gas natural para España. Por mor de estas "relaciones energéticas muy importantes", De Laiglesia confió ayer en "encontrar una solución en el marco del diálogo y la concordia" a los últimos roces sobre este asunto, según informa Efe.

El pasado 16 de agosto, el Tribunal Arbitral de París falló a favor de la compañía estatal argelina en el litigio que mantenía con Gas Natural. La empresa española deberá abonar 1.571 millones de euros adicionales por el suministro recibido entre 2007 y 2009 a través de gasoducto Magreb-Europa (que proporciona una cuarta parte del consumo español).

Este desencuentro comercial estuvo cerca de convertirse en un conflicto diplomático, al hacer públicas sus exigencias el Gobierno argelino en vísperas de la primera visita del Rey al país africano en 24 años.