Prudencia y firmeza

Es comprensible que las personas directamente amenazadas y el conjunto de la sociedad respiren con un cierto alivio cuando la única organización terrorista que pervive en la Europa occidental comunica que hace unos meses decidió cesar en sus atentados. Una decisión, por cierto, que no anunció en su debido momento, cuando dice haberla tomado, y que desconocía incluso su proyección política, la ilegalizada Batasuna, que llevaba tiempo solicitando a ETA un gesto en tal sentido.

Dejar de matar, aunque sea temporalmente, es mejor que matar. Pero en absoluto es suficiente. La sociedad vasca, y la española en su conjunto, no debemos dejarnos enredar ni engañar. Por eso, le pido a toda la ciudadanía que, por muchas ganas que tengamos de que el terrorismo acabe, asumamos que no somos los demás los que tenemos que flexibilizar posiciones, sino que son ETA y su mundo los que tienen que cambiar y tomar decisiones.

ETA tiene que abandonar definitivamente la actividad terrorista, y solo nos vale eso. Y su mundo político, en vez de buscar que otros les resolvamos sus problemas, debe tomar decisiones, independizarse de la violencia y apostar por la política y solo por la política. Que no se engañen: si ellos no toman las decisiones necesarias para apostar por el respeto a las reglas del juego y los derechos humanos no estarán en la política. Que pierdan toda esperanza.

Una vez más, en su delirio, ETA pretende arrogarse una representación de la sociedad vasca que nadie les ha dado, y pretende interferir en la política de Euskadi. Pero no lo conseguirá ni con la amenaza implícita de volver a los atentados que supone seguir planteando un supuesto "proceso democrático" que implica aceptar sus objetivos políticos.

Este comunicado puede servirle a ETA y a su entorno político para resolver sus discrepancias, pero no nos sirve a los demás. Por tanto, el momento requiere prudencia y serenidad. ETA ha despejado de mala manera ante los requerimientos que le hacían el propio abertzalismo radical y sus auxiliares internacionales, pero la pelota de la paz sigue en su tejado. La sociedad vasca no se conforma con otra cosa que con la desaparición definitiva de todas las actividades terroristas.

Mientras que el anuncio que esperamos no llegue, firmeza en nuestras convicciones, Estado de derecho y democracia. Mantendremos una política de firmeza democrática y combate al terrorismo en todos los frentes, que se ha revelado eficaz.

Rodolfo Ares es consejero de Interior del Gobierno vasco.