Broche final para un mes duro
Buen final para un mal mes. La incertidumbre volvió a la economía mundial en agosto y la Bolsa española lo notó, como lo notaron casi todas las plazas importantes: el Ibex se dejó el 3% en el mes, a pesar de que ayer saldó la jornada con un avance del 0,5%. La variación en lo que va de año sigue claramente en negativo (casi el 15% de caída), con la Bolsa española entre las peores, tal vez porque la economía española está también en el furgón de cola a día de hoy por su lenta salida de la crisis, por las presiones en el mercado de deuda pública y sobre todo por un mercado laboral que presenta las peores cifras de Europa sin discusión. Y sin un paro en niveles normales difícilmente puede hablarse de recuperación.
La prueba de que hay nervios está en los récords que se rompen a diario. Ayer fueron tres, nada menos: franco suizo, deuda alemana y yen japonés. La huida de los inversores hacia refugios seguros se ha dejado notar en las últimas semanas en las fuertes subidas del oro, pero también del franco suizo -una de las guaridas que reaparecen en tiempos de turbulencias- y en la deuda alemana, cuya rentabilidad está en mínimos históricos. Además, la apreciación del yen no se detiene a pesar de las medidas de estímulo fiscal y monetario aprobadas por las autoridades. Los japoneses están repatriando capitales ante la incertidumbre que se cierne sobre la economía mundial, y eso está recalentando la divisa, para desespero de las compañías exportadoras y del Ejecutivo, que fiaba buena parte de la salida de la crisis al sector exterior.
Ante la desconfianza, la respuesta de la Bolsa es siempre esperar y ver. Los mercados europeos caían con fuerza por la mañana, pero la apertura alcista de Wall Street -por el buen dato de confianza del consumidor- aclaró el panorama y tanto París como Londres, Francfort y Madrid cerraron ligeramente al alza. Julio fue un buen mes para la Bolsa, pero la tendencia se ha quebrado en agosto. Si en julio fue la banca la que lideró los avances, el mes pasado la banca repitió, pero por el lado contrario: fue el sector más castigado, con caídas superiores al 10% en la banca mediana y cercanas al 8% en las grandes entidades (Santander y BBVA).
Septiembre arranca con dudas. Y no solo en Bolsa: el mercado de divisas está que arde, el petróleo lleva tres semanas hacia abajo, el mercado de bonos sigue alerta. Al menos, la desconfianza se ha desplazado de Europa a EE UU y Japón. Triste consuelo.
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