Bailar entre ropa tendida
La compañía de Mar Gómez actúa en La Villarroel
Solo la casualidad puede alterar situaciones tan tediosas como poner una lavadora y tender la ropa en la azotea de una casa durante un día soleado. Y, cuando lo hace, escenarios como este pueden ser el contexto de encuentros imprevistos a través de los que romper con lo cotidiano. Lo relata la pieza de danza Dios Menguante, en lo que se convierte en un dúo de largo alcance entre los bailarines Mar Gómez y Xavier Martínez. Pese a que la obra se estrenó en 2006, hasta ahora no había desembarcado en Barcelona, en donde recala en La Villarroel del 17 al 29 de agosto dentro de la programación de la primera edición del festival Dansalona. Además, viene avalada por el premio Max a la mejor interpretación femenina de danza que Gómez, directora de la compañía, ganó en 2008 por su actuación en la obra.
'Dios menguante' es un largo dúo con hilo narrativo que rezuma humor
Está inspirada en el cine neorrealista italiano y por ello Gómez da vida a una mujer de físico rotundo y carácter temperamental a quien la existencia le da un vuelco cuando se topa, mientras hace la colada, con un sacerdote -Martínez- incómodo en su sotana y en plena crisis de convicciones. Desde ese momento, lo fortuito abre la veda a una relación "de descenso", afirma la bailarina, que está sentenciada de antemano. La escenografía, diseñada por Joan Jorba, contribuye a la sensación de opresión que buscan transmitir los actores. "Es un espacio árido, con un cielo convulso, hilos con ropa colgada extendidos por todo el escenario y con una lavadora que participa en la trama como un personaje más", explica Martínez. Los movimientos torpes y la perplejidad que les provoca la chispa del amor se reflejan en estos elementos del decorado. "Hay arena y el suelo patina, o la lavadora pesa", avanza la bailarina. También acorde con estos detalles han elegido canciones de Nino Rota y dos óperas italianas.
Sin embargo, ambos bailarines dejan claro que, a pesar del título -que guarda relación con las dudas de fe del cura-, lo de menos es la religión. "Necesitábamos una trama y en las películas de la época siempre sale un sacerdote", puntualiza Martínez. Aunque en algunos momentos pueda sobrevolar cierto dramatismo, a lo que sí que remite Dios Menguante es al humor sutil y a la narratividad visual por los que se caracteriza esta compañía fundada en 1982. "Es nuestro sello y queríamos plasmarlo también en esta obra que producimos nosotros mismos, la creamos sin prisas durante medio año, como homenajeándonos", afirma Martínez. Representa su primer dúo y lo configuraron cuando la crisis económica aún no había hecho mella en el panorama escénico. Construyendo los personajes a conciencia y con una clara intención: "Que la gente se tire a la piscina y pierda el miedo al término danza contemporánea, porque el argumento que explicamos es sencillo y apto para todos los públicos", dice Gómez.
Precisamente para promocionar la danza se ha organizado el festival Dansalona, que celebra su primera edición desde mediados de agostos y hasta las fiestas de la Mercè. "Toda iniciativa para la danza es buena, pero hay que ver cómo funciona el experimento; Dios Menguante gustará también a los turistas", bromea Martínez.
La compañía, con varios espectáculos en gira por toda España, prepara un remake de esta obra que se presentará durante las fiestas de la Mercè de Barcelona en el parque de la Ciudadela. Actuarán frente a una pared de madera y la han rebautizado como Heart Wash. En este caso, a la espera de poder llevar a la ciudad montajes más costosos, la repetición y la experiencia son positivas: "La hemos hecho tantas veces que ya es algo espontáneo, la tenemos inyectada en la sangre", sentencia la bailarina.
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