Portugal gravará el uso de autovías en la frontera con Galicia

La idea empezó a sobrevolar el Ministerio de Obras Públicas luso en junio: cobrar un peaje en las tres autovías gratuitas del norte de Portugal que permitiera al Gobierno sufragar su mantenimiento. Las mismas autovías por las que todos los días circulan cientos de transportistas de Galicia. Dos meses después, la idea le ha valido al Gobierno de José Sócrates un encontronazo con la oposición y la contestación conjunta del empresariado gallego y la población lusa afectada.

El pasado junio, el secretario de Estado de Obras Públicas portugués, Paulo Campos, propuso el cobro de peajes en las autovías de Grande Porto, Costa da Prata y Norte Litoral, catalogadas hasta entonces como SCUP (carreteras sin coste para el usuario). La falta de concreción en puntos como la modalidad de cobro o el calendario de aplicación hizo que la propuesta de Campos recibiese la negativa del Partido Socialdemócrata (PSD), cabeza de la oposición. Se decidió entonces aplazar el cobro hasta principios de agosto, a la espera de que la iniciativa obtuviese un mayor consenso dentro de la Asamblea de la República.

La mayor oposición se cocía, sin embargo, al otro lado del Miño. El anuncio del primer ministro, José Sócrates, exonerando del pago del peaje a las empresas lusas provocó las iras de los empresarios gallegos. El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra (CEP) avisó entonces de que la medida "agredía" la euroregión Galicia-Norte de Portugal. En el mismo sentido se pronunció el presidente de la Cámara de Comercio de Vigo, José García Costas, quien apeló a las "medidas necesarias para no dañar el importante volumen de comercio que hay entre ambos lados del Miño".

La inquietud entre el empresariado gallego, que veía peligrar la viabilidad del 49% de sus desplazamientos con el norte luso, fue tal, que incluso la Xunta de Galicia exigió al Gobierno portugués que aclarase su postura respecto del cobro de las tasas.

Lejos de aparcar su intención de cobrar peajes en las autovías portuguesas, Campos anunció la semana pasada el proyecto de hacer extensible la tasa a otros cuatro viales. La firmeza del Gobierno la exteriorizó a finales de julio el ministro de la Presidencia, Pedro Silveira, quien aseguró que su equipo "no abdicaba" de la iniciativa. Para fraguarlo les queda, sin embargo, resolver los problemas técnicos derivados del cobro del peaje, la gestión de los datos protegidos y, lo más importante, fijar la cuantía de las tasas. El plazo que se han marcado para ello es lo que resta de año.