Condenado un padre a ocho años por abusar de su hija

Cada domingo, durante casi tres años, cuando la esposa abandonaba el domicilio para dirigirse al trabajo, el marido se llevaba a la hija de ambos a la habitación para abusar sexualmente de ella. El primer episodio de abusos se produjo cuando la víctima acababa de cumplir 12 años. El último domingo, antes de que la joven huyera de casa para escapar de las agresiones, le quedaba poco para los 15. La Audiencia de Tarragona ha condenado a ocho años de cárcel al hombre que abusó de su hija de forma continuada durante más de dos años.

El juicio, que se desarrolló exigiendo la confidencialidad de los datos para garantizar el anonimato y salvaguardar la intimidad de la menor, reveló que el padre alternó estas agresiones sexuales con otros maltratos físicos. En alguna ocasión, la cogía por el pelo; otras, la estampaba contra el suelo o simplemente la golpeaba. El acusado también ha sido condenado a otros 21 meses de prisión por malos tratos a su esposa, a la que además insultaba y amenazaba de forma habitual.

Los hechos ocurrieron en un municipio próximo a Tarragona y siguieron siempre el mismo patrón, detalla la sentencia: el condenado aprovechaba las ausencias de su esposa, que debía trabajar casi todos los domingos del año, para realizar distintas prácticas sexuales con la hija de ambos.

Dominación familiar

Los abusos acabaron convirtiéndose en rutina hasta que la víctima pidió ayuda a una amiga, que la convenció para que se mudara a su domicilio ocultándoselo a su familia. Al tercer año de maltrato, la menor engañó a sus padres, se escapó de casa y se refugió en el hogar de esta compañera.

El padre ahora condenado ejercía una especie de dominación sobre la familia mediante intimidaciones verbales y agresiones físicas a todos los miembros, según refleja la sentencia. Puñetazos y bofetadas hacia la madre, a la que solía dirigirse de forma verbalmente agresiva y golpes al otro hijo de la pareja, también menor de edad; además de las agresiones ya mencionadas sobre la hija.

La Audiencia ha fijado que el agresor deberá pagar una indemnización de 10.000 euros a la víctima, con la que no podrá comunicarse durante los próximos 10 años. La misma sentencia determina una compensación de 5.000 euros para la esposa.