Agresiones, insultos y miedo
Los empleados de las piscinas se quejan de que acuden atemorizados al trabajo
En días de calor como los que está haciendo esta semana, ¿qué mejor lugar para refrescarse y pasar un buen rato que una piscina? Por 4,35 euros uno puede pasar un día tranquilo y agradable dándose algún que otro baño. Aunque no siempre son tranquilos. El sindicato UGT denuncia que en lo que va de año se han producido ya varias agresiones a trabajadores de las piscinas municipales. La última, ayer en Aluche.
Y es que hay bañistas para los que, parece, la diversión también consiste en pegar puñetazos, insultar o amenazar. La piscina de Palomeras ocupa la primera posición en esta clasificación negativa: cinco empleados han sufrido agresiones físicas desde que se abrió al público en mayo. Y en esta instalación municipal hay instalado una especie de régimen de terror: solo uno de los trabajadores ha presentado denuncia ante la policía por miedo a las represalias.
El Consistorio asegura que tiene un plan especial de vigilancia
Óscar Iglesias, del PSM, pide que aumente el número de mediadores
Muchos acuden atemorizados a sus puestos de trabajo. Y las mujeres son las que se están llevando la peor parte. Cuentan que a algunas empleadas las tienen que traer y llevar en coche hasta la misma puerta de la piscina, pues varios agresores las están esperando allí.
Según se quejan los trabajadores, la policía no cumple la programación a la que se había comprometido, y cuando se presenta hay veces en las que ni se bajan del coche patrulla.
En otra piscina, la de Orcasitas, los insultos y amenazas son una constante. Un día un trabajador tuvo que ser protegido por varios compañeros para no ser golpeado. Cuentan estos que, cuando se abrió la instalación este año, hubo una pelea entre dos grupos que había allí y hubo que desalojar la piscina y cerrarla para evitar males mayores. Llegó la policía para parar la pelea, pero no fue cosa fácil. Cuentan que los agentes tuvieron incluso que sacar sus pistolas de las fundas para poner orden.
En Plata y Castañar (distrito de Villaverde), otro clásico de ataques a trabajadores y bañistas, una empleada fue agredida y varios más reciben con cierta regularidad insultos y malas contestaciones. Los funcionarios cuentan, sin embargo, que en este caso la Policía Municipal sí realiza visitas frecuentes y existen dos mediadores que tratan de mantener las cosas en calma dentro del recinto, por lo que los conflictos violentos han bajado con respecto a otros años.
La lista de agresiones, por ahora, se completa con otra sufrida en la piscina de la Casa de Campo el pasado 18 de julio (el trabajador presentó denuncia en comisaría) y la de ayer que se produjo en Aluche.
Fuentes del Ayuntamiento de Madrid aseguran que existe un plan especial de vigilancia para este tipo de situaciones, pero que es imposible poner un policía municipal en cada piscina. Y aseguran que los agentes al menos realizan dos o tres visitas por turno (mañana y tarde) a cada piscina, además de las que se producen cuando hay llamadas puntuales.
En el PSM exigen que el equipo de Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón tome medidas ya para que no siga habiendo agresiones. El presidente del Grupo municipal socialista, Óscar Iglesias, considera la situación "inadmisible". Además de denunciar el escaso número de piscinas para una población tan grande como la de Madrid, Iglesias pide un plan especial en las instalaciones más conflictivas (Plata y Castañar, Entrevías, Orcasitas, San Fermín, Hortaleza, barrio del Pilar, Carabanchel...) y un aumento del número de mediadores para prevenir altercados.
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