Versos gallegos para los Kirchner
Editado un libro de poemas del abuelo lucense del secretario de Cultura argentino
La celebración del Bicentenario de los primeros pasos de Argentina hacia la Independencia han convertido a Jorge Coscia en uno de los hombres más ocupados del país ya que muchos de los eventos organizados dependen de la Secretaría de Cultura que él encabeza en el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Coscia es nieto de un lucense que llegó a Argentina a principios del siglo XX y quien nunca olvidó su lugar de procedencia y le rendía homenaje escribiendo poemas en un gallego muy peculiar. Varios de ellos componen el libro Falas Gaias ó meu son que acaba de ser editado por un grupo de comunicación gallego y del que Coscia se muestra muy orgulloso. "Los nietos de gallegos nos interesamos más por nuestro origen que nuestros padres porque ellos tenían buenas razones para no ocuparse tanto de sus raíces", señala.
Coscia confiesa que la poesía de su antepasado le parece "propia"
El dirigente ha impulsado proyectos de cine entre su país y Galicia
El padre de su madre era dentista y se movía en los círculos literarios
Odón emigró desde Lugo en uno de los barcos que auxilió al 'Titanic'
Antes de desempeñar su cargo actual, Coscia fue responsable del Instituto Nacional de Cine (INCAA) y mantuvo estrechas relaciones con responsables de la Administración gallega para la puesta en marcha del programa Raíces, que permite la producción de películas con capital argentino, gallego y catalán. Fruto de esta colaboración se hicieron películas como El niño de barro o Ratón Pérez. La crisis económica y los cambios de gobierno han hecho que este programa ahora esté en suspenso, aunque Coscia espera que pueda volver a ponerse en marcha. "Por las noticias que tengo parece que Raíces va a continuar", señala el alto funcionario quien antes de dedicarse a la política dirigió varios largometrajes.
Coscia se muestra convencido de que los tiempos de crisis que se viven en España no deben de impedir la puesta en marcha de proyectos culturales conjuntos. El secretario de Cultura ha visitado en varias ocasiones Galicia, la última en febrero de este año, y ha suscrito convenios de colaboración con la Xunta y con TVG que espera que puedan dar sus frutos en el futuro. Uno de los proyectos pendientes es un envío de libros en gallego por parte de la Xunta para formar parte de la Biblioteca Nacional argentina.
Coscia explica que la grave crisis vivida en Argentina en el año 2001 hizo que muchos descendientes de gallegos y de otras regiones europeas se interesasen más por sus orígenes. Esto no les ocurría frecuentemente a muchos de sus padres, que al llegar a Argentina "quemaban las naves" y decidían romper lazos con su pasado. "Parte de la explicación está en que había un cierto racismo hacia los gallegos en aquellos tiempos y se les trataba con tono despectivo. Por eso decidieron argentinizarse y confundirse con la población local. Ahora las cosas han cambiado mucho y en Argentina hay mucho interés por todo lo que sea español. Además, los argentinos saben que Galicia se ha modernizado mucho y no tiene nada que ver con lo que era cuando llegaron nuestros abuelos", indica Coscia.
El secretario de Cultura argentino ha contado con la ayuda del investigador gallego Lois Pérez Leira para poder reconstruir la historia de su abuelo, Odón Fernández Rego. El abuelo de Jorge Coscia vivió en una casa que ya no existe de la calle San Roque de Lugo, que se encontraba frente a la Muralla. Odón y dos de sus hermanos llegaron a Buenos Aires en 1909 a bordo del mítico barco alemán Frankfurt, cuyo nombre quedaría en la historia años después al ser uno de los buques que trataron de auxiliar a los pasajeros del Titanic, después de su hundimiento. Odón y sus hermanos emigraron ante la situación de desamparo familiar en que se encontraban ya que su padre abandonó a su madre y formó una nueva familia en Paraguay.
Odón estudió odontología en Buenos Aires y comenzó a ganarse la vida de forma bastante holgada como dentista, aunque compaginaba esta actividad con su presencia en los círculos literarios. Una enfermedad en las manos hizo que el odontólogo empezase a tener dificultades económicas al perder clientes. Murió en 1956 en Buenos Aires cuando contaba 74 años. Una de sus hijas es la madre de Jorge Coscia y lleva el nombre de Pilar Argentina en honor al país que le acogió.
El actual responsable de la política cultural argentina sospecha que su interés por las artes tiene mucho con ver con la afición literaria de su abuelo lucense. "Los versos de mi abuelo me parecen propios, como partes de su rostro que reconozco en mi propia cara", indica Coscia.
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