"La zona de seguridad no tenía defectos"

"Efectivamente, he estado en otros incendios. Empecé a los 18 años como auxiliar forestal. Considero que tengo experiencia", se defendió el único superviviente de la tragedia de Horta de Sant Joan (Terra Alta), Joan Pallàs, ante la magistrada de Gandesa que instruye la causa por la muerte de cinco bomberos en aquel incendio. En la declaración judicial del único testigo de las circunstancias que rodearon el suceso mortal, a la que ha tenido acceso EL PAÍS, la juez no se limitó a interrogar a Pallàs: extendió frente al bombero el informe de Interior que recoge las causas que, según la tesis oficial del departamento, explican lo ocurrido. Y leyó en voz alta varios párrafos para que Pallàs, que evoluciona favorablemente y la semana que viene celebrará su aniversario entre amigos y familiares -cumple 38 años, 20 de ellos dedicados a combatir el fuego-, evaluara los razonamientos de la Generalitat. Sin llegar a desmentir lo expuesto por Interior, el miembro de los GRAF de Lleida se desmarca sin ambages del discurso oficial. "Nuestra zona de seguridad no tenía ningún defecto en su formación", replica a la juez.

"Sin vigía ni medios aéreos solo vemos el fuego cuando ya está encima", dice Pallàs

En esa comparecencia, la magistrada insistió en los fragmentos en los que Interior achaca lo ocurrido, entre otras causas "imprevisibles e inevitables", a que los fallecidos "no adoptaron la mejor decisión" porque "la determinación y las dimensiones de la zona segura no eran las correctas". Se refiere al claro que las víctimas abrieron en el bosque (ver fotografía), siguiendo una operación prevista en el protocolo de emergencia de los bomberos, para quedar así a salvo de las llamas. Pallàs discrepa de plano en cuanto a supuestos errores en la creación de esta área de protección. "No creo que haya habido un error en la ubicación de la zona de seguridad", reitera el superviviente.

La divergencia entre los supuestos errores que señala Interior y la "correcta" actuación que Pallàs defiende ante la juez se explicaría por el hecho de que las víctimas "desconocían la intensidad con la que el fuego se acercaba", apunta el superviviente. Es decir, por la falta de información que padecieron los bomberos instalados en primera línea del incendio. "Sin vigía ni la información que nos transmiten los medios aéreos, los GRAF solo veríamos el incendio cuando lo tuviéramos materialmente encima", expuso Pallàs a modo de ejemplo. Precisamente fue lo que ocurrió en Horta, declara el bombero. "No llegó ninguna información sobre si el fuego nos estaba rodeando", añade. El retén de Pallàs quedó desprovisto de medios aéreos, primero, y de vigía, después. "La función y la información que ofrecen es clave e imprescindible", explica a la juez. "Si hubiéramos sabido que las llamaradas eran de siete metros, habríamos intentado hacer una zona de seguridad mayor", señala, para concluir: "Actuamos correctamente conforme a la información de que disponíamos".