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El debate de la nación más crítico

La batalla por la imagen se resolvió a los puntos

Si un debate sobre el estado de la nación tiene algo de representación teatral, en la función de ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desempeñó mejor su papel que el líder del PP, Mariano Rajoy. Los expertos en comunicación e imagen política Antoni Gutiérrez-Rubí (asesor en la empresa Ideograma y autor del libro Micropolítica) y Francisco Roldán (profesor del Máster de Uniactiva en Comunicación Política) analizaron para EL PAÍS las claves del debate.

- El vestuario. Zapatero se presentó "monocolor y sobrio en extremo, en una quizás voluntaria intención simbólica de huir de lo superfluo y centrarse en lo fundamental: la situación económica del país", apunta Antoni Gutiérrez-Rubí. En cuanto al atuendo de Rajoy, Roldán señala la "mala elección en la corbata del aspirante, cuyas rayas bailaban y distraían en televisión".

- El rostro. El presidente arrancó serio su discurso, centrando demasiado su atención sobre el papel. En la réplica, a tenor de la expresión de sus cejas llegó a enojarse con Rajoy. "Estaba enfadado de verdad. Los argumentos de Rajoy hacían mella en él", opina Roldán.

- Las manos. Zapatero buscó la centralidad con sus manos, empleando frecuentemente el gesto de ojiva del poder, indica Gutiérrez-Rubí, un ademán que connota seguridad. Rajoy, en cambio, empleó las manos para "martillear" las ideas. "La mano-martillo es propia de quien enumera críticas", señala Gutiérrez-Rubí.

- El movimiento corporal. En el discurso inicial, Zapatero bajaba demasiado la cabeza (quizá porque su texto llegaba al final de cada folio). En opinión de Gutiérrez-Rubí, esto dio un "efecto de cabeza caída que no ayuda demasiado a la telegenia". Rajoy, en cambio, mantuvo una "actitud profesoral".

- El tono de voz. Al comienzo, Zapatero habló "casi sin inflexiones ni cambios en el tono". En la réplica, en cambio, continuó su discurso incluso por encima de los aplausos de su bancada: "Mitineó... y le favoreció", apunta Gutiérrez-Rubí. "Las frases de Rajoy han sido más trabajadas, buscando concatenar perlas retóricas y titulares convincentes. Hay técnica detrás", agrega este experto.

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