"No han contado con nosotros para el Guggenheim"
Aunque símbolo de la cultura vasca por su historia, Gernika está de actualidad. Las polémicas en torno al Museo Guggenheim de Urdaibai y la capitalidad vasca han devuelto el protagonismo a una villa ávida de inversiones para recuperar el esplendor de antaño. Su alcalde, José María Gorroño (EA), llama al compromiso institucional para superar "décadas de abandono".
Pregunta. ¿Habrá Guggenheim en Urdaibai?
Respuesta. No han contado con nosotros para el proyecto ni nos han facilitado información. Sólo conocemos lo que se ha publicado en prensa y los rifirrafes al respecto. Y no tiene sentido, porque nunca nos opondremos a una iniciativa que sirva para reactivar la comarca. Un museo por sí solo, en cualquier caso, no ejercería de elemento tractor para la economía local.
"Para lograr la capitalidad oficial hace falta un consenso municipal"
P. Lo que parece claro es que no se ubicaría en Gernika.
R. Ahí sí que hemos mostrado nuestro malestar. Gernika es el emplazamiento ideal por su ubicación geográfica en el centro de la reserva, por sus comunicaciones y porque es una zona urbana consolidada, de gran riqueza cultural, comercial y hostelera. Descartarnos supuestamente porque tenemos tres pasos a nivel, como hemos llegado a leer, no nos parece un motivo suficiente.
P. ¿Es el Guggenheim II un empeño personal del diputado general de Vizcaya?
R. Su justificación tendrá. Lo que está claro es que si las pernoctaciones aumentan, como se ha esgrimido, no van a redundar en Urdaibai. Aquí no hay infraestructura hotelera suficiente. Si acaso, se beneficiará Bilbao.
P. El Gobierno vasco parece dispuesto a bloquear el museo y promover otras alternativas para revitalizar la comarca.
R. Llevamos años de falsas esperanzas y décadas de abandono. En el último cuarto de siglo se han perdido más de 3.000 puestos de trabajo por la crisis, que no son pocos en una comarca de apenas 45.000 habitantes. En porcentaje, la debacle industrial ha sido más dura aquí que en la Margen Izquierda. Si esta comarca ha funcionado últimamente ha sido sólo por inercia. Estamos hartos de peleas institucionales y queremos resultados. Lo que hace falta es que las promesas se traduzcan en hechos de una vez por todas y no en papel mojado.
P. ¿De qué iniciativas es partidario el Ayuntamiento?
R. Nosotros siempre hemos tenido claro que Gernika no debe convertirse en una ciudad dormitorio y hemos hecho un importante esfuerzo en la compra de terrenos estratégicos para la regeneración económica. Sobre la parcela de la antigua fábrica de armas tenemos proyectado un centro de creación artística y cultural, un complejo de Formación Profesional dedicado a energías renovables y un vivero de empresas.
P. ¿Cabe la regeneración industrial en un enclave protegido como Urdaibai?
R. No es incompatible. La reserva debe tener también su zona de amortiguación para actividades económicas. No queremos tener que trabajar fuera, como ahora, con el riesgo que los desplazamientos por carretera conllevan y el gasto extra que suponen.
P. La regeneración económica ayudaría a un reconocimiento como capital vasca al que Gernika no ha renunciado.
R. Nadie pone en duda que esta villa es la capital espiritual del pueblo vasco. Nuestro roble es símbolo de una de las democracias más antiguas de Europa. Pero no es el momento.
P. ¿Por qué?
R. Porque para reclamar la condición de capital hace falta primero un consenso a nivel municipal y un acuerdo después entre partidos e instituciones que a día de hoy no se da.
P. ¿Tiene sentido la polémica que han protagonizado los alcaldes de Vitoria y Bilbao?
R. Nadie niega que la primera es la capital administrativa y que la segunda es la financiera. Por eso no renunciamos nosotros a la capitalidad oficial. En países como Holanda, el Gobierno se encuentra en La Haya, pero la capital es Amsterdam.
P. A más corto plazo, las fiestas patronales están cada vez más cerca. El año pasado saltó la polémica por la publicación de fotos de presos en el programa oficial. ¿Van a ser más tranquilas esta vez?
R. Espero que sí. También pensaba que en las del año pasado no iba a haber problemas.
P. El Gobierno ha intensificado su lucha contra los símbolos que suponen un enaltecimiento del terrorismo. ¿Van a colaborar desde el Ayuntamiento?
R. Actuaremos con normalidad. Aquí siempre se ha respetado todo.
P. EA gobierna Gernika desde 2007 con el apoyo de la izquierda abertzale. Tres años después, las ejecutivas de ambos partidos se han unido en torno al polo soberanista.
R. El apoyo de ANV a nivel local fue coyuntural y respondía más a una coincidencia programática que política. El PNV, que llevaba 28 años seguidos en el Gobierno local, apostaba por la vivienda y nosotros por el empleo. El pueblo pidió cambio.
P. La apuesta de Batasuna por las vías democráticas no es nueva. ¿Qué ha cambiado para que pueda resultar creíble?
R. Yo soy más gestor local que otra cosa. Mi verdadero interés es el pueblo, pero creo que mucha gente ha percibido un cambio en ese entorno y lo ha manifestado. Incluso el presidente del PSE, Jesús Eguiguren.
P. ¿Toda apuesta soberanista debe supeditarse a una condena expresa de la violencia?
R. No se pueden exigir muchas cosas a otros si uno no aporta nada. La única diferencia es que igual alguien tiene que poner más cosas sobre la mesa.
Perfil
Natural de Gernika, donde también reside, José María Gorroño tiene 57 años. Está casado y es padre de dos hijos. Aunque ingeniero industrial de profesión, se afilió a EA tras la formación del partido porque se confiesa "nacionalista por genes y sentimiento". Suma ya década y media en la política municipal. Hace tres años, accedió a la Alcaldía tras desbancar al PNV gracias al apoyo "programático" de la izquierda abertzale.
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