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Un proyecto desencajado

La desconfianza entre Unicaja y Cajasol marca el inicio de la negociación entre las dos cajas para su fusión - La lucha por el poder será clave en el proceso

Lourdes Lucio

A la ruta diseñada por José Antonio Griñán para crear una gran caja en Andalucía comienzan a crecerle zarzales. Para empezar, el empeño del Gobierno andaluz y del PSOE para que Unicaja y Cajasol presentasen en 10 días ofertas conjuntas por Cajasur ha fracasado y la idea de atraer a CajaGranada al proyecto se ha esfumado.

Solo han pasado 18 días desde que el presidente de la Junta explicara en el Parlamento cuál era su mapa ideal y la silueta diseñada ya es otra. Hoy por hoy -repetimos, hoy por hoy- el objetivo del Gobierno andaluz es solo uno: la fusión de Unicaja y Cajasol. "Todos los huevos están en esa cesta", aseguran fuentes del Gobierno andaluz. Y las dos cajas lo saben.

La intervención de Cajasur por parte del Banco de España la madrugada del 22 de mayo y los rápidos movimientos del resto del sector hicieron cundir el nerviosismo en el Gobierno andaluz y en el PSOE, que veían cómo el escenario financiero de cajas quedaba repartido entre potentes cajas catalanas (sobre todo La Caixa) y vascas y el dominio del PP en las cajas gallegas y en las del centro y levante (capitaneadas por Caja Madrid). Y con un sector andaluz con escasa dimensión.

La decisión sobre si la sede estará en Sevilla o en Málaga es fundamental
El Gobierno andaluz tiene todas las expectativas puestas en la unión

Sobre los presidentes de Unicaja, Braulio Medel, y de Cajasol, Antonio Pulido, están puestas todas las miradas. La primera orden que han recibido del Ejecutivo -la de unir fuerzas para optar por Cajasur- ha sido desatendida y ese hecho, argumentado con razones económicas y financieras por parte de las cajas, ha revelado la desconfianza que existe entre las dos entidades y también la toma de conciencia que empieza a darse en todos los ámbitos socialistas de que la integración va a ser un camino de obstáculos donde va a ser necesaria mucha discreción.

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Nunca las cornetas han funcionado, hasta ahora, en el sistema financiero andaluz. Un ejemplo: desde que las dos cajas sevillanas (El Monte y San Fernando) empezaron a hablar de su fusión hasta que lograron cerrar el pacto que desembocó en Cajasol transcurrieron casi 10 años y durante ese tiempo se produjo una rebelión contra la ley andaluza de cajas, hubo que cargarse a dos cajeros, se produjo un montaje de espionaje falso, se nombraron nuevos responsables pendientes de procesos judiciales...

Sin aproximarse siquiera a esta situación extrema, el fracaso de la oferta conjunta y los momentos de tensión vividos estos días provocó el siguiente comentario de un miembro del Gobierno: "Esto me recuerda a tiempos pasados... y no me refiero a los de Franco".

En tan solo 10 días se ha pretendido que Cajasol y Unicaja estuvieran condenadas a entenderse. Y una vez más se ha producido un rechazo muy particular desde dentro de las entidades. Quizá el único y principal logro del PSOE y del Ejecutivo de Griñán sea haber conseguido un acercamiento con el PP de Javier Arenas -por el momento, sin fecha de caducidad-, el apoyo sindical y también el de la Confederación de Empresarios de Andalucía, tradicionalmente opuesta a la reducción de ventanillas bancarias.

Desde el prisma exclusivamente político, la lectura que se hace se reduce a una lucha por el poder en cascada: entre los dos presidentes, los dos consejos de administración, los directivos, los jefes de zonas y así hasta el último escalón de las dos entidades.

Varias fuentes aseguran que Griñán está profundamente irritado con Medel y Pulido por la malograda orden de que acudieran juntos a la puja por Cajasur, aunque aún es pronto para calibrar si este enfado se traducirá en una pérdida total de confianza o es algo pasajero. Fuentes de la dirección regional del Partido Popular analizan la situación de la siguiente manera: "Están a ver quién protagoniza la fusión y puede que sea uno u otro, pero también ninguno de los dos".

La correlación de fuerzas internas en el PSOE puede ser un elemento que también esté pesando en los tirones, donde la agrupación de Sevilla tiene, a decir de algunos, más influjo que la de Málaga en la ejecutiva regional. Un destacado dirigente lo ve así: "Braulio Medel siempre ha sido la persona de confianza del PSOE federal y andaluz en el tema de cajas y Pulido cree tener más influencia en la ejecutiva regional. Esa preocupación existe en Málaga, donde al partido le falta pulso, y teme que Cajasol persiga un protagonismo político en la fusión que en términos económicos no representa".

Y eso sin hablar todavía de dónde se situaría la sede de la hipotética gran caja (Sevilla o Málaga) y sea cual sea el camino escogido para la unión: fusión real o virtual. Una gran mayoría considera ridículo, cateto y sin sentido este debate en un mundo a golpe de clic, pero algunas fuentes advierten de que si este asunto se deja para el final puede que todo el camino que se consiga recorrer quede en nada.

La rivalidad Unicaja-Cajasol no será en los próximos meses solo cuestión de partidos de baloncesto. Tras un primer pulso con la presentación de ofertas por Cajasur, ambas entidades parecen decididas al menos a escenificar una carrera por la fusión, y 24 horas después de ofertar por Cajasur anunciaron a bombo y platillo la contratación de consultoras para los estudios financieros de la integración. Probablemente estos estudios se constituyan en fechas no muy lejanas en nuevas armas arrojadizas para desequilibrar la balanza de una fusión que, en opinión de algunos, o se logra en igualdad o tiene visos de ser una entelequia.

El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, y de Unicaja, Braulio Medel, vistos por Sciammarella.
El presidente de Cajasol, Antonio Pulido, y de Unicaja, Braulio Medel, vistos por Sciammarella.SCIAMMARELLA

Apoyo a la nueva ley

La consejera de la Presidencia, Mar Moreno, se mostró ayer convencida de que la reforma de la Ley de Órganos Rectores de las Cajas de Ahorros (LORCA) que ha decidido el Gobierno "salvaguarda la naturaleza de las cajas" y les va a otorgar más facilidades para ser "más competitivas, haciendo posible que acudan al mercado financiero para obtener recursos". Esta reforma contempla que las cajas puedan emitir cuotas participativas, una especie de acciones que permitirá la entrada de capital privado en estas entidades financieras.

Asimismo, Moreno censuró las interpretaciones que sostienen que la reforma supone la expulsión "de los políticos" de las cajas, algo que "no es así". Añadió que "ese discurso contra la política es un discurso fácil, injusto y, a la larga, hace daño a la democracia".

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