La Comunidad responde con mano dura a la suavización de la huelga

La huelga de Metro cambió ayer de rumbo. Tras un día con servicios mínimos y dos con paros totales, este medio de transporte volverá a funcionar hoy con la mitad de trenes. Es el "gesto" a la ciudadanía que decidió el comité de huelga para empezar a negociar los recortes que la Comunidad de Madrid ha aprobado para todas sus empresas públicas. Mientras los sindicatos dieron un paso atrás para volver a ganarse a la opinión pública -según aseguraron en la multitudinaria asamblea de trabajadores de la mañana- el Gobierno de Esperanza Aguirre dio un paso adelante y endureció más su postura con más expedientes (de los que los trabajadores aseguran no tener noticia), denuncias y fiscalización a las bajas de los empleados durante la huelga. La Consejería de Sanidad ha dado orden en ese sentido.

Por segundo día, Madrid amaneció sin metro y millones de ciudadanos tuvieron que buscar otras alternativas para sus traslados. Pasada la hora punta, miles de trabajadores de Metro asistieron a una asamblea para hablar de la continuación de las protestas. Uno de los sindicatos del comité de huelga, Solidaridad Obrera, solicitó hace 10 días una segunda convocatoria, esta vez indefinida, que debía arrancar hoy y que contaba con el respaldo verbal del resto del comité (Conductores, CC OO, UGT y Sindicato Libre). Pero hubo un giro para "ganar la batalla ante la opinión pública", según el comité, que amenazó con retomar los paros totales si Metro expedienta a los trabajadores.

"Un conflicto que se enquista no va a acabar bien y es necesario dosificar las fuerzas", señaló un representante del comité ante los asistentes que le atendían de pie dentro y fuera de la sala de reuniones del depósito de Plaza de Castilla. Algunos trabajadores afearon el paso atrás durante la misma asamblea. Protestaban porque supone aligerar la protesta antes de negociar cómo se aplica el recorte de ocho millones que la Comunidad de Madrid ha previsto para Metro durante lo que queda de año, al aplicarles, con matices, el mismo recorte que a los funcionarios.

Los trabajadores se oponen al recorte salarial (más flexible que en otras compañías, según lo anunciado) y piden que se cumpla su convenio colectivo. El consejero de Transportes e Infraestructuras, José Ignacio Echeverría, ya ha advertido de que no lo van a dejar como está. El comité se reúne esta mañana y hoy mismo podrían iniciarse las negociaciones con Metro, aunque ninguna de las partes confirmó ayer si ya han acordado un encuentro. Tras la asamblea que frenó la huelga indefinida, la Comunidad de Madrid respondió con mano dura.Metro comunicó que ha abierto 400 expedientes disciplinarios (200 por día) a trabajadores que se saltaron los servicios mínimos. "Si hay un solo expediente, el paro volverá a ser total", advirtió por la mañana Solidaridad Obrera en la asamblea de trabajadores.

Los expedientados disponen de 72 horas para justificar por qué no fueron a trabajar. Las cartas enviadas pueden terminar en archivo o con la sanción más grave: el despido. Los secretarios generales de CC OO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, pidieron a la Comunidad "mesura" y "no echar mas leña al conflicto" con los expedientes disciplinarios. Ayer diversos representantes sindicales de Metro aseguraron que no tenían constancia de que esos expedientes hubieran sido ya comunicados a los trabajadores.

A la ofensiva de los expedientes se sumó la de la comunicación. Metro de Madrid informó de que ayer había recibido 490 bajas por incapacidad temporal de su personal, 140 más de las que le presentan en un día normal. "Un 40% más", recalcó un portavoz. Metro tiene en plantilla a 7.600 trabajadores. El portavoz afirmó también que el de ayer fue un "repunte anormal" en el número de bajas, por lo que la empresa, "como es habitual en situaciones de este tipo", lo puso en conocimiento de la Inspección de la Consejería de Sanidad. Y Sanidad, a su vez, trasladó instrucciones a los médicos de familia, que son los que prescriben las bajas. "Mi coordinador me ha preguntado si he dado alguna baja a trabajadores de Metro", explicó un médico del área 5 que pidió anonimato. "Me parece tremendo. No sé si los médicos podemos declarar algo así. He pedido asesoramiento jurídico", añadió.

Otra enfermera, también del área 5, relató cómo la gerencia del área había llamado al centro para dar instrucciones sobre las bajas a trabajadores de Metro. En ese caso, lo que debían hacer los médicos era llamar a un teléfono para comunicarlo.

La Consejería de Transportes ofreció una primera estimación de lo que han costado los dos días de paro total que se acerca mucho a los ocho millones que quieren ahorrar en la empresa pública con los recortes aprobados. Son 3,2 millones diarios (6,4 en total). Es lo que Metro deja de ingresar como subvención por los viajes del Consorcio Regional de Transportes. La subvención media, según fuentes del Consorcio, es de 1,7 euros por viajero que hay que multiplicar por más de dos millones de viajes perdidos cada jornada. En esa estimación no está incluido el dinero que puedan reclamar los usuarios por los viajes no realizados y pagados con abonos mensuales o anuales. El consejero de Transportes explicó que, aunque los ciudadanos pueden reclamar ese dinero, es difícil de justificar, puesto que los abonos se pueden usar en otros transportes públicos (trenes de Cercanias y autobuses urbanos) "y es complicado comprobar que no se han utilizado en esos otros sistemas", según Echeverría.

La empresa pública informó además en un comunicado de que ha presentado un escrito ante la Fiscalía General del Estado para poner en su conocimiento comportamiento y actitudes de algunos representantes de los trabajadores de Metro durante la huelga, por si dada "su gravedad y trascendencia", pueden ser constitutivos de algún delito. En este informe, la empresa especifica una serie de actuaciones que revisten "especial gravedad y que han ocasionado múltiples perjuicios a los ciudadanos", según el comunicado.

Metro presentó una denuncia ante el juzgado de Instrucción por la supuesta agresión de un piquete a cuatro trabajadores ayer por la mañana en el depósito de Canillejas. En la denuncia, en la que piden a la Policía Nacional que identifique a los autores, señala que el piquete coaccionó a los trabajadores primero "con insultos y amenazas" y después con "patadas y puñetazos".

Fuentes policiales explicaron que la agresión se produjo después de que hubiera entrado un grupo de trabajadores en las cocheras de Canillejas. Un hombre se acercó a un grupo de piquetes formado por cuatro personas y, sin mediar palabra, le pegó una patada a uno de ellos. El jefe del dispositivo del grupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) se acercó al agresor y le pidió la documentación. Al llegar a comisaría, hizo un informe en el que relataba lo ocurrido y en la que consta la identidad y la dirección del atacante.

Fuentes policiales explicaron que a partir de esta madrugada los puntos neurálgicos de la red de metro se reforzarán. En concreto, habrá una fuerte presencia de agentes en las cocheras de la compañía, en la estación de Atocha -donde acuden los trabajadores de la compañía que llegan en autobús- y en las paradas más importantes como Sol, Nuevos Ministerios, el aeropuerto y los intercambiadores. En total, hay previstos 3.500 agentes que se moverán de un lugar a otro en función de las necesidades del servicio, según fuentes del dispositivo de seguridad para la huelga de Metro. "Como estamos en el centro de control de la compañía, sabemos en tiempo real las incidencias que se van produciendo para poder atajarlas lo antes posible", concluyeron estas fuentes.

Con información de F. J. Barroso y Elena G. Sevillano