"Hoy es como un día bueno y sin crisis"
Si alguien se benefició ayer de la huelga de Metro fueron los taxistas. Con las emisoras colapsadas desde las siete de la mañana, las paradas saturadas de viajeros impacientes y un aumento de un 40% de los servicios, según José Luis Funes, de la Asociación Gremial de Auto-Taxi, cruzarse con una luz verde era prácticamente imposible.
Este periódico acompañó por la mañana a José, un conductor que recorrió los puntos más colapsados de la capital sin dejar de recoger viajeros. Los primeros en subirse, en el hotel Husa Princesa, fueron una pareja que llegaba tarde a un funeral. El señor abordó el coche fuera de la parada y una mujer se abalanzó sobre él para recriminarle que se hubiese saltado la cola de 10 personas que llevaba media hora esperando. Ganó la pareja, que después de una hora y 30 euros llegó a tiempo al sepelio en Tres Cantos.
En un negocio de alquiler de coches cercano al hotel Auditórium, un fatigado conductor descargaba por enésima vez maletas de su portaequipajes. Eran las once de la mañana. ¿Cómo va el día? Resopla satisfecho. "He empezado a las seis de la mañana y ya llevo unos 160 euros. Normalmente, no llego a 80. Pero esto es algo excepcional, como un día bueno y sin crisis", ilustra.
En la estación de Chamartín los viajeros más afectados, eran los procedentes de otras ciudades que pretendían llegar al aeropuerto. Era el caso de Samira y Christian. Recién llegados de Valencia, debían tomar un vuelo a la República Dominicana. "Llegar a Barajas nos va a costar 50 euros con los que no contábamos", se quejaba ella.
Mientras tanto, una veintena de luces verdes avanzaba con inusual velocidad. "Normalmente echamos media hora o una hora para coger un cliente. Hoy no llegamos a 10 minutos", aseguraba un taxista.
No faltó la picaresca. En Moncloa, Lili se acercó a un taxi. Iba a la avenida de América. "Te costará 100 euros", le contestaron. Lili se fue indignada.
La información de esta página ha sido elaborada por María Martín, Pilar Álvarez y Jaled Abdelrahim.
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