"Si no nos sentimos parte del problema, estamos sobrando"

1. La reducción del 30% de altos cargos y de personal eventual (un 10% ya ejecutada, y un 20% en los Presupuestos de 2011), la reducción del 10% de directivos del servicio de salud (ya ejecutada), la reducción del 10% de los jefes de servicio (ya ejecutada), y la reducción de 18 empresas públicas a seis (en ejecución).

2. Reconozco que deberíamos haberlo hecho antes.

3. Para que podamos ser una parte de la solución, tenemos que sentirnos también parte del problema; si no, estamos sobrando. No puede hablarse de despilfarro. Se gastaba en función de lo que se ingresaba. Hasta que llegó la crisis, la deuda pública en Extremadura disminuyó de manera muy significativa, tanto con relación al presupuesto como al PIB. Debemos hablar también de nuestros activos, que son muy superiores a la deuda. Por ejemplo: la Junta de Extremadura es propietaria de 17.000 viviendas que a precio de mercado equivalen al conjunto de la deuda.

"En el gasto público se están tomando medidas homogéneas"

4. Creo que, en lo sustancial, en lo que se refiere al gasto público, se están tomando medidas con carácter homogéneo. Si no queremos tocar la educación, la sanidad y la dependencia (que significan el 70% del gasto), el margen que nos queda nos obliga a tomar medidas de reducción que, si no son iguales, son parecidas en unas regiones y otras.

5. Mi opinión es que es necesario reducir el gasto y aumentar los ingresos. Nosotros hemos incrementado la imposición a los depósitos bancarios, a las nucleares, a las grandes hidroeléctricas, a las transmisiones patrimoniales de más de 240.000 euros y a las rentas de más de 60.000 euros, de manera progresiva.

Además, quiero hacer especial énfasis en que hemos hecho uso del céntimo sanitario (con los agricultores y transportistas profesionales excluidos) por dos razones. La primera es porque hemos comprobado que el precio de la gasolina y el gasoil en Extremadura, antes de impuestos, es de los más altos de España, sin que parezca haber demasiada razón aparente (Salamanca, que está al lado, tiene unos precios más baratos). La segunda razón es por coherencia. Para poder exigir en Madrid, primero hay que haber hecho uso de las facultades que cada uno tenemos.