Rajoy exige más concreción en la reforma laboral pero sigue sin definir su alternativa
El líder popular cree que el decreto será "germen de conflictos en los tribunales"
Los principales dirigentes del Partido Popular se desplegaron ayer por todo el país para cargar contra la reforma laboral planteada por el Gobierno. Si el texto actual no se modifica durante su tramitación parlamentaria, la reforma será en su opinión "un germen de conflictos ante los tribunales", advirtió el líder de ese partido, Mariano Rajoy, en un mitin en Barcelona. Esto sucederá, detalló, porque el proyecto es ambiguo y está "sujeto a interpretaciones muy diversas".
Rajoy exigió aclaraciones al Ejecutivo, pero una vez más eludió presentar su alternativa. Ni siquiera aclaró qué posición adoptará finalmente su partido en la votación del martes, aunque dio a entender que tendrían que cambiar muchas cosas para que diera su apoyo al Gobierno. Además de "clara", la reforma tiene que ser "global", es decir, ocuparse de otros aspectos como la negociación colectiva o la formación. De no ser así, servirá solo "para no destruir empleo, pero no para crearlo, que es de lo que se trata", dijo.
El partido propone someter a una "cura de adelgazamiento" a la Administración
El líder de la oposición criticó el proyecto por considerarlo confuso, parcial y lento. "Llega en el tiempo de descuento", dijo. "Llevan dos años y medio con el tema, y solo han empleado una hora y media para informar a la oposición", afirmó ante unos 2.000 militantes.
Mientras Rajoy aseguraba en Barcelona que una reforma ambigua es "lo peor que le podía pasar a la economía española", su número dos, María Dolores de Cospedal, sostenía en Ciudad Real que lo único que consigue el decreto aprobado por el Gobierno es "abaratar el despido". Cospedal juzgó "terrible" que, tal y como declaró el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, la reforma no vaya a servir para crear empleo. Y en Cádiz, la portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que es "la reforma laboral del despido, el desánimo y el desencanto".
Rajoy volvió a insistir en la necesidad de someter a las Administraciones a una "cura de adelgazamiento", y de aprobar una "ley de déficit cero" que marque "un techo de gasto y de endeudamiento". También abogó por permitir que las cajas de ahorros puedan "acudir al mercado" para "conseguir recursos" y ser "más solventes". Pese a todo, aseguró que en Europa transmite un mensaje optimista. "España es un país grande y saldrá adelante", dijo.
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