Anillo de leyenda para los Lakers
Gasol y Bryant rematan a los Celtics en el séptimo partido de una tensa e igualada final
Magic Johnson y Abdul-Jabbar, los dos baluartes de los tiempos del espectáculo, cuando los Lakers descubrieron al mundo entero la versión más vistosa y resultona del baloncesto, disfrutaron en el Staples Center de Los Ángeles de la consagración de sus herederos, Kobe Bryant y Pau Gasol. Veintitrés años después de aquel maravilloso grupo que dirigía Pat Riley, los Lakers volvieron a doblegar a los Celtics de Boston. Lo consiguieron con un estilo radicalmente diferente, una versión mucho más dura y pragmática, en una final llevada a su máxima expresión por los indómitos Celtics y con el porcentaje de acierto más bajo de un campeón desde que las reglas son las que son: un 32% frente al 35,9% de los Nets en 2003 y los Rockets en 1981.
L. Á. LAKERS 83 - BOSTON CELTICS 79
Lakers: Fisher (10), Bryant (23), Artest (20), Gasol (19) y Bynum (2) -quinteto inicial-; Farmar (0), Brown (0), Vujacic (2), Odom (7) y Powell (0).
Celtics: Rondo (14), Ray Allen (13), Pierce (18), Garnett (17) y Wallace (11) -quinteto inicial-; Robinson (0), Tony Allen (0), Scalabrine (0) y Davis (6).
Árbitros: Joe Crawford, Dan Crawford y Scott Foster. Eliminado por faltas Wallace.
18.997 espectadores en el Staples Center, de Los Angeles.
Séptimo partido de la final de la NBA: 4-3.
Kobe y Pau son ya los herederos de los irrepetibles Magic Johnson y Abdul-Jabbar
Al conjunto angelino ya solamente le separa un título del equipo de Boston
"Está hecho. No muy bien hecho, pero hecho", admitió el técnico, Phil Jackson, tras haber ampliado a 11 su récord personal de anillos; "lo conseguimos con perseverancia y agresividad. Sumamos 23 rebotes ofensivos". En total, 13 más que los Celtics. Fue un partido muy atípico, empezando porque se trataba del séptimo y definitivo de una final, algo poco visto. Por eso y por lo muchísimo que se jugaban ambos equipos tras dos semanas de una intensa e igualadísima batalla, la tensión fue extrema de principio a fin. Los Lakers sólo habían ganado dos de 11 finales a los Celtics y, entre ellas, habían perdido las cuatro que llegaron hasta el séptimo partido.
El panorama se torció de manera alarmante para los Lakers, muy remisos en el tiro y con poca capacidad para leer la asfixiante defensa de los Celtics, con el déficit de la ausencia del lesionado Perkins y muy decantada en su labor sobre Bryant y Gasol. Hasta por 13 puntos llegaron a perder los Lakers (36-49) entrado ya el tercer cuarto. "Hicimos unos ajustes y avisamos de que teníamos que ser más agresivos en la defensa. Artest fue el mejor jugador esta vez. Dio vida a nuestro equipo y a la grada", agradeció Jackson.
Artest estuvo sensacional en su marcaje a Pierce y, además, concluyó con 20 puntos, cinco rebotes y cinco robos del balón. Fue vital cuando Bryant estaba extrañamente errático. Concluyó con 15 rebotes y 23 puntos, pero su serie fue mala: 6 de 24, incluido un cero de seis triples y un 11 de 15 en tiros libres.
Los Celtics lograron empatar a 64 con un triple a falta de casi seis minutos para el final. "Esa fue la jugada que cambió el partido y renovó nuestra energía, además de que Gasol se adueñó del poste bajo durante un par de minutos y controló el juego desde allí", describió Jackson. Lo mejor estaba por llegar.
Después de sumar unos porcentajes horribles, tanto Gasol como Bryant sacaron lo mejor de sí mismos en los últimos minutos. El final fue apretadísimo, pero controlado por los Lakers. Bryant sumó 10 puntos y Gasol obtuvo en ese tramo siete de sus 19 puntos, a los que añadió 18 rebotes, cuatro asistencias y dos tapones. Además, el pívot español emergió en dos acciones cruciales: un tapón a Pierce y un rebote ofensivo. Todo eso, en los dos últimos minutos, cuando Wallace, Ray Allen y Rondo, a base de triples, redujeron la brecha a tres y dos puntos (79-76 y 81-79). Los tiros libres de Bryant y Vujacic remacharon el triunfo angelino.
"Al final, la desventaja de altura marcó la diferencia. Mis jugadores se batieron, pero un 23-8 en el rebote ofensivo y la diferencia de 37-17 en los tiros libres nos hicieron casi imposible sobreponernos", consideró Doc Rivers. Los dos equipos exprimieron a sus titulares con la excepción de Odom, que ventiló a Bynum y Davis, quien complementó a Garnett y Wallace.
Los Celtics concluyeron su particular epopeya tras dar cuenta del Miami de Wade, el Cleveland de James y el Orlando de Howard. Llevaron hasta el séptimo encuentro al campeón, a los Lakers de Bryant y Gasol, y empujaron hasta el último suspiro, pero no pudieron con sus dos bastiones.
El equipo de Los Ángeles sumó su segundo título consecutivo y el 16º de su historia tras haber perdido la final de 2008. Ya tan solo les separa un anillo de los 17 que acumulan los Celtics. La rivalidad y la leyenda continúan. Ahora, bajo el dominio de los Lakers de Bryant y Gasol.
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