Exportar cuentos en 35 milímetros

Los cortos son breves, no baratos. Ni pensarlos, ni grabarlos, ni ponerlos a circular por los festivales. La tercera parte de la cadena, la distribución, es la tarea que cumple el proyecto Madrid en Corto para los autores de películas breves. Este año se cumple la sexta edición. La Comunidad, que pone el dinero para los que ponen ideas, invertirá 62.000 euros en presentar ocho filmes de productoras madrileñas a festivales extranjeros. Las historias seleccionadas se presentan hoy en el cine Berlanga (calle de Andrés Mellado, 53).

Un cuento en imágenes de unos 20 minutos cuesta, según Pilar García Elegido, asesora de cine del Gobierno regional, entre 30.000 y 50.000 euros.

Por ejemplo: una cineasta decide que quiere hacer una pequeña historia de amor tomando la idea del magnetismo entre seres humanos en sentido literal. Imagina a dos personas que se atraen (físicamente) como imanes y se lanza a grabar una película. Si después de hacer el trabajo, con el cortometraje en sus manos, llega una subvención para hacerlo viajar, se agradece. "Es muy positivo", dice Beatriz Sanchís (Valencia, 1977). "Distribuir las películas cuesta una barbaridad de tiempo y dinero", comenta la autora del filme de amor magnético Mi otra mitad, uno de los escogidos para Madrid en Corto 2010, que en febrero estuvo en la Berlinale.

Una historia de 20 minutos puede costar de 30.000 a 50.000 euros

Las películas que se pasan esta noche en el cine Berlanga (a partir de las nueve y media de la noche; entradas a dos euros) participaron primero, con otras 42 películas, en la Semana del Cortometraje de la Comunidad de Madrid, en marzo. En 2009, según García Elegido, entre unos festivales y otros, los cortos que salieron a ver mundo (o a que el mundo los viese), fueron seleccionados 582 veces.

Luis García Berlanga, el artista que ha dado su nombre a la sala, también está presente, de algún modo, en otra de las películas de este año, La rubia de Pinos Puente, de Vicente Villanueva (Valencia, 1970), un relato sobre la frustración de una chica de barrio con más ambiciones intelectuales que recursos culturales. Noni quiere ser cantautora y comunicar sus nobles ideales al mundo, pero acaba convertida en una friqui de reality show de poca monta. Villanueva se considera deudor "de los sainetes y del humor negro de Berlanga y Azcona".

Los hermanos madrileños César y José Esteban Alenda presentan un relato poético sobre la violencia de género. Una joven ve el futuro de su matrimonio metida en una bañera. En el futuro hay un hombre (su marido), y un cinturón que él heredó de su padre. En torno al cinturón se narra una historia de tradición, silencio y amor patológico. Con final feliz en el último verso.

Las otras cinco películas seleccionadas son Cuando corres, de Mikel Rueda; Fábrica de muñecas, de Ainhoa Menéndez Goyoaga; La playa de Berlín, de Manuel Calvo; Cíclope, de Carlos Morett, y El vendedor del año, de Coté Soler. Los cortos se proyectan en formato de 35 milímetros.