EE UU amplía las sanciones a Irán y golpea su sector petrolero
Washington espera que la Unión Europea adopte medidas similares
Estados Unidos anunció ayer una nueva serie de sanciones económicas contra Irán -que afectan a algunas compañías vinculadas con el negocio petrolero- destinadas a reforzar el embargo recientemente impuesto al régimen de los ayatolás por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas como represalia por su negativa a permitir la inspección internacional de su programa nuclear.
El anuncio lo hizo ayer el secretario norteamericano del Tesoro, Tim Geithner. Estas sanciones constituyen un primer paso de una serie de medidas que se irán anunciando en el futuro, destinadas a potenciar "el aislamiento internacional" de Irán y obligar a su régimen a negociar con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El embargo afecta a más de 20 empresas vinculadas al régimen
Las medidas están destinadas a reforzar el aislamiento internacional del país
Las nuevas sanciones, que Estados Unidos impondrá de momento de forma unilateral, afectan a más de veinte compañías iraníes controladas -o en las que hacen negocios- prominentes figuras del régimen o instituciones especialmente vinculadas al programa nuclear, incluidos los Guardianes de la Revolución, una fuerza militar de élite.
Asimismo, se especifican los nombres de cerca de un centenar de individuos con los que específicamente se prohíbe mantener relaciones comerciales. Entre las empresas afectadas se encuentran varias involucradas en la venta y la explotación del petróleo iraní.
Ese sector, fundamental para la supervivencia de la economía de Irán, había quedado excluido de las sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad por voluntad expresa de dos de sus miembros con derecho a veto, China y Rusia, que se abastecen de forma importante del crudo de Irán.
Aunque estas sanciones no han sido previamente negociadas con otros países, la Administración norteamericana confía en que otros Estados, especialmente sus aliados europeos, se sumen a ellas o añadan otras similares. "Esto es algo que Estados Unidos no puede hacer solo", admitió ayer Geithner.
Se abre así, por tanto, un periodo en el que Irán puede verse bajo fuerte presión diplomática desde diferentes frentes y en distinta proporción.
Por un lado, Estados Unidos consiente que China y Rusia sigan haciendo negocios petroleros con el régimen islámico siempre que, como han hecho, se sumen a la condena internacional contra Irán. Por otra parte, Washington lidera a los países occidentales dispuestos a apretar al máximo la tuerca para vencer la resistencia iraní a abrir su programa nuclear.
Incluso con tan intensa presión, es difícil que las sanciones, por sí solas, sean capaces de doblegar la voluntad de Irán de desarrollar un programa nuclear a espaldas de la comunidad internacional. Las sanciones anunciadas ayer confirman, sin embargo, que Estados Unidos no tiene miedo de elevar al máximo la tensión con el régimen iraní después de que fracasara la oferta de diálogo hecha por Barack Obama al inicio de su presidencia.
Entre las entidades afectadas por las nuevas sanciones figura el Post Bank de Irán, un banco estatal que el régimen iraní usa presuntamente para llevar a cabo de forma oculta transacciones de entidades que ya figuran en la lista negra de la ONU.
Las sanciones se aplicarán también a más de 90 barcos de la compañía nacional de transporte marítimo de Irán.
Geithner explicó que el objetivo de las sanciones es disuadir a otros Gobiernos y a instituciones financieras extranjeras de que lleven a cabo negocios con esas entidades que sirvan para respaldar "las actividades ilícitas de Irán".
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