Rebelde Ramon Besa
El periodista de deportes de EL PAÍS recibe el Premio Internacional de Periodismo Vázquez Montalbán por su discurso ponderado
Rebelde y descreído, así es un discípulo digno de Manuel Vázquez Montalbán. Y así es y así escribe Ramon Besa, redactor jefe de Deportes de EL PAÍS en Cataluña, que ayer recibió de manos del presidente del Barcelona, Joan Laporta, el VI Premio Internacional Manuel Vázquez Montalbán, que concede el club y el Colegio de Periodistas de Cataluña.
Juntamente con la periodista mexicana Luz Sosa, que ha buceado en las siniestras desapariciones y asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez (México), Besa se ha hecho merecedor del galardón por su discurso periodístico ponderado. El periodista deportivo dio ayer una muestra de ello al decir de forma amable lo que en otras circunstancias hubiera caído como una bomba. Utilizó el paraguas de Vázquez Montalbán al enjuiciar la controvertida figura del mismísimo Laporta: "Bajo su presidencia el club ha dado un salto de calidad espectacular". Y añadió: "Creo, con todo el respeto hacia el presidente, que Manolo diría que con Laporta dejamos de tener miedo antes de que el propio Laporta nos diese miedo". El presidente del Barça, sentado a la derecha de Besa, sonrió y, deportivamente, tragó saliva.
"El periodismo se ha empobrecido, se ha vuelto dócil con el poder", dice Besa
No podía entender mejor el término ponderación el galardonado, que a renglón seguido sostenía: "El periodismo se ha empobrecido, se ha vuelvo dócil con el poder y por eso resulta relativamente cómodo llenar diarios". Tacto y prudencia, sinónimos de ponderación, no están reñidos con una severa y crítica radiografía, lejos de ese hooliganismo que a veces campa por sus respetos en la prensa deportiva.
Besa echa de menos las viejas redacciones donde se debatía y se opinaba. "Hoy se puede hacer el diario sin salir de la redacción, solo oyendo la radio, viendo la televisión o aprovechando las nuevas tecnologías; las redacciones están llenas de gente y vacías de noticias", agregó. Las promociones parecen haberse comido la información, opinó. Y "ahora el único ruido que rompe el silencio de las redacciones es si acaso el timbre de los teléfonos móviles".
Por ello apostó por el retorno a las raíces, a acudir a ver los partidos al estadio. "Necesito hacer de periodista si quiero ser periodista, de la misma manera que releer a Manolo me permite descubrir qué hay que hacer para interpretar e intentar opinar", dijo. "Aquel viejo equilibrio entre información y opinión se está perdiendo de mala manera", concluyó.
El discurso emotivo, barcelonista y poco complaciente arrancó los aplausos de la sala. En su turno, Laporta definió al galardonado como "fiable en su discurso periodístico, pero sin dejar de ser un gran futbolero. Es el método, mezclado con el rigor y la pasión. Además, es un referente para muchos periodistas por su compromiso con la ética y la estética".
Josep Maria Martí, decano del Colegio de Periodistas de Cataluña, sentenció: "El periodismo es una profesión de artesanos, de personas que dan luz, que abren camino. Ésa es su función. Y Ramon es un referente".
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