A río revuelto...
... Ganancia de los de siempre. Qué casualidad que quienes provocaron la crisis se vean ahora beneficiados por una reforma laboral que consiste en abaratar el despido y convertir la precariedad en el pan nuestro de cada día.
Cuando se comete un crimen, las investigaciones se centran en los beneficiados por dicha muerte siendo en este caso el sector empresarial el que infló la burbuja para posteriormente poder hacer y deshacer ERE a su gusto y provecho. O sea, que quien comete el crimen no solo no es castigado sino que se cede ante sus avariciosas pretensiones y se les cuida y protege. Cualquiera de nosotros que se vea obligado a declararse en suspensión de pagos comprobará cómo se le echan encima los bancos que le prestaron el dinero, y sin piedad alguna será desahuciado de la proletaria vivienda que le ataría a dicha entidad durante media vida. Pero lo más triste de todo esto es la pasividad con la que todos y cada uno de nosotros nos lo tomamos, porque hace tiempo que nos debíamos haber plantado.
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