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Entrevista:CÁNDIDO MÉNDEZ | Secretario general de UGT | La sostenibilidad del Estado de bienestar | 9. EMPLEO Y PRODUCTIVIDAD. LOS SINDICATOS

"Nada garantiza que los mercados se contenten con la reforma laboral"

Manuel V. Gómez

Apenas hace unas horas que Cándido Méndez, secretario general de UGT, ha salido de la última reunión estéril con el Gobierno y la patronal para pactar la reforma laboral. La cita acabó el miércoles por la noche. Es jueves a primera hora. Méndez (Badajoz, 1952) admite que el pacto está casi imposible. Se resigna por "obligación moral" a mantener una negociación agonizante hasta el último minuto. El Ejecutivo ya no es el del verano que descartaba cambios en el Estatuto de los Trabajadores para salir de la crisis. Ahora Zapatero avisa de que su reforma del 16 de junio tocará "aspectos esenciales" del mercado laboral. Méndez responde: si el decreto es "lesivo" habrá huelga general.

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Pregunta. Zapatero ha anunciado que la reforma saldrá por decreto. ¿Por qué siguen negociando?

Respuesta. Tenemos la obligación de negociar hasta el último momento. Si llegamos a un acuerdo, la norma sería el reflejo del pacto. Está justificado que intentemos llegar a un acuerdo.

P. Si no hay avances desde hace semanas.

R. Tenemos la obligación moral de seguir intentándolo.

P. La situación exige un acuerdo o, al menos, el decreto.

R. Ese es uno de los elementos clave que explica por qué no encontramos la coincidencia. Hay una diferencia de enfoque seria que se ha endurecido como consecuencia del plan de ajuste. Los sindicatos queremos acordar cambios en el mercado laboral útiles a la economía real. La patronal está más pendiente de calmar a los mercados financieros.

P. También Zapatero quiere tranquilizar a los mercados.

R. Indudablemente, el anuncio de Zapatero, si es esa la razón, no estimula a la patronal a buscar un acuerdo.

P. La agresividad de un decreto laboral casi está en su esencia. ¿De verdad esperan que no sea lesivo con los derechos de los trabajadores?

R. Cuando lo conozcamos, haremos la valoración. Si menoscaba los derechos de los trabajadores, tendrá mala calidad. Y un decreto de mala calidad empeorará la crisis, aumentará el paro y generará un conflicto social.

P. Las señales que ha mandado el Gobierno apuntan hacia lo que ustedes llaman lesionar los derechos de los trabajadores.

R. Yo no me guío por señales, sino por contenidos.

P. Uno de ellos parece que será generalizar el contrato de 33 días de despido.

R. Es archiconocido que la generalización en la práctica de ese contrato es casi total. Ahora mantiene su naturaleza jurídica. Sería inaceptable que se desnaturalizara.

P. Organismos internacionales, analistas, el Banco de España y ahora el Gobierno coinciden: hay que rebajar el despido. Los sindicatos se han quedado solos.

R. Ese no es el problema. Si en España fuera caro y difícil despedir, los ajustes no se habrían producido por el empleo. La realidad refuta a lo que se plantea. Pretenden presentar como propuestas para mejorar el mercado laboral lo que busca tapar la boca de los mercados financieros. Si se llevaran a efecto, se cometería un destrozo que no tendría vuelta atrás. Nada garantiza que los mercados financieros se contenten con la reforma laboral. En estos momentos tenemos una muy dura experiencia. Los mercados han solicitado que se imponga el ajuste. Pero una vez que se han tomado esas medidas en España la fiesta ha durado muy poco. Inmediatamente han alertado que lastran el crecimiento.

P. Retraso de la edad de jubilación, bajada de sueldo a los funcionarios, congelación de las pensiones, ahora un decreto, ¿no hay huelga general?

R. Hemos hecho una seria advertencia. Estamos en fase de acuerdo y si, tras el desenlace de la negociación, se impone un decreto lesivo para los derechos de los trabajadores, iríamos a la huelga general.

P. ¿Los sindicatos pueden permitir que se rompa el Pacto de Toledo sin ir a la huelga?

R. El Gobierno ha roto el Pacto de Toledo en el ámbito parlamentario, pero ninguna de las medidas que ha planteado es efectiva ya. La congelación de las pensiones tendría efectos el 1 de enero. Hasta entonces hay mucho tiempo para torcer esa decisión. En el Pacto de Toledo se ha solicitado nuestra comparecencia, y allí los sindicatos vamos a solicitar que los grupos parlamentarios enmienden la congelación.

P. Uno de los puntos sobre la mesa del diálogo social es redefinir las causas del despido. El 80% de los despidos son improcedentes en España. ¿No le parece que este dato pone sobre la mesa la necesidad de cambios?

R. Lo que pone sobre la mesa es lo fácil que es despedir en España. No será muy caro cuando utilizan el de 45 días, y no el de 20 días.

P. Pero usted mismo ha admitido hablar de las causas.

R. Se puede dar un repaso. Pero no para que desaparezca la tutela judicial o facilitar el despido. Además, ya hemos hablado de este tema en la negociación. Pero cuando se plantea que la decisión última sea del empresario, las cosas se complican mucho.

P. El mayor problema del mercado laboral es la división entre temporales y fijos. ¿Qué plantean los sindicatos para superarla?

R. Tenemos un diagnóstico preciso y alternativas claras. Es consecuencia de la estructura productiva. No tiene su origen en el mercado laboral.

P. No solo.

R. Es cierto. El abuso de la contratación temporal también tiene culpa. Es un problema de nuestra estructura productiva, pero también del abuso. Se debe al tamaño de las empresas, al escaso valor añadido que aportan y a una cultura empresarial que apuesta por el despido para traducir la realidad económica en despidos. Si en el mercado laboral se respetaran las causas, esto no sería así. Pero eso no servirá para paliar el paro.

P. ¿Por qué?

R. Debemos huir de un equívoco, el de quienes establecen una relación entre los 4,6 millones de parados y que no se haya hecho una reforma laboral. España era una máquina de construir empleo en la época de crecimiento.

P. Sí. Empleo precario y frágil. ¿No exige eso un cambio?

R. Por qué era precario, porque las líneas de financiación se orientaban hacia el conglomerado inmobiliario financiero. Había menos disposición a financiar a la industria. Ese problema no lo hubiera resuelto el cambio laboral.

P. El FMI y la patronal exigen cambios en la negociación colectiva. Concretamente, en las cláusulas de descuelgue.

R. Hay que utilizar la negociación colectiva para facilitar un repliegue de la ley. Empresarios y sindicatos estamos de acuerdo en este repliegue, pero el vacío lo quieren llenar los empresarios de forma unilateral. Lo tiene que ocupar la negociación colectiva.

Cándido Méndez, secretario general de UGT, delante de una de las ventanas del patio interior en la sede central de UGT en Madrid.
Cándido Méndez, secretario general de UGT, delante de una de las ventanas del patio interior en la sede central de UGT en Madrid.ÁLVARO GARCÍA

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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