Detenido en Gran Vía un estafador huido del FBI
La policía le acusa de haber conseguido 1,3 millones
Raúl Cristóbal López, boliviano de 70 años, vivía desde hacía tres años en un hotel de la Gran Vía cercano a la plaza de España con su esposa. Llevaba un tren de vida de normal que no hacía sospechar que estuviera, supuestamente, detrás de una organización dedicada a estafar a particulares a los que garantizaba un interés del 100% del capital invertido. Los agentes del Grupo de Fugitivos le han detenido tras recibir una petición del FBI para que le arrestaran.
La forma de actuar de este hombre era siempre la misma. Contactaba con personas de poder adquisitivo de Latinoamérica a las que lograba convencer para que le entregasen sus ahorros. Para ello, simulaba formar parte de una organización de caridad vinculada con el Vaticano, cuyo supuesto objetivo era la ayuda de niños pobres.
Los inversores recibían la promesa de conseguir un gran rendimiento a varios años. Para captarlos, pagaba unos intereses muy altos en las primeras semanas, con lo que se ganaba la confianza de los clientes. "Tenía un trato exquisito con la gente a la que lograba convencer a través de la labia que tenía", explicaron fuentes policiales.
El método utilizado era una estafa piramidal. Durante los primeros meses, el pago de los jugosos intereses quedaba asegurado por el capital que aportaban ban nuevos inversores. El problema, según las informaciones de la Dirección General de la Policía aportadas ayer, se planteaba cuando bajaba el ritmo de nuevos inscritos y todo se derrumbaba.
La supuesta fundación llegó a recabar 1,3 millones de euros, una cantidad que nunca fue invertida, prestada o distribuida de forma que generara beneficios. En los últimos cinco años, la empresa sí mantuvo numerosas comunicaciones con los estafados para tranquilizarles y asegurarles que sus beneficios estaban por llegar. Para ello utilizaban el correo postal, el electrónico o las llamadas telefónicas.
Los agentes del FBI localizaron a Raúl Cristóbal López en un hotel de la Gran Vía y mandaron una comisión rogatoria internacional para que fuera detenido por los agentes españoles. "Le arrestamos cuando estaba en la cafetería del hotel. No opuso resistencia", destacaron fuentes de la investigación. Está pendiente de ser extraditado a Estados Unidos.
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