El asalto policial a un clan narco causa 31 muertos en Jamaica

Fuerzas de seguridad jamaicanas asaltaron el lunes los jardines de Tivoli, feudo en Kingston -capital del país caribeño- del presunto narcotraficante Cristopher Coke , buscado por la justicia estadounidense por su prominente papel en el comercio de cocaína y marihuana en Nueva York y otras ciudades de Estados Unidos, y por decenas de asesinatos relacionados con ese tráfico en los años ochenta.

Pistoleros del clan liderado por Coke, también conocido como Dudus, abrieron fuego para repeler la búsqueda policial, y los tiroteos dejaron al menos 31 muertos, la gran mayoría de ellos civiles y tres policías, según informaron las fuerzas de seguridad. La agencia France Presse, basándose en fuentes hospitalarias, eleva la cifra a 60.

Los desórdenes estallaron en Kingston el viernes, cuando el primer ministro jamaicano, Bruce Golding, cedió a la presión internacional y aceptó extraditar a Dudus, tal y como pide Washington. Sus seguidores asaltaron varias comisarías, levantaron barricadas y saquearon comercios. El Gobierno declaró el estado de excepción en varios barrios de la ciudad. El acceso al aeropuerto de Kingston ha quedado cortado de manera intermitente en los últimos días debido a los tiroteos entre agentes y pistoleros. Los enfrentamientos se extendieron ayer también a otras zonas de la capital, incluso a las cercanías de un hospital al que se trasladaban heridos.

Una vez dentro de Tivoli, las fuerzas de seguridad intentaron llevar a cabo una búsqueda puerta a puerta de Dudus, que como muchos capos jamaicanos es considerado un benefactor por amplios sectores de la población de su zona de control. Frente a la insuficiencia de los servicios ofrecidos por las autoridades públicas, los clanes conceden a menudo ayudas a los vecinos en forma de provisiones alimentarias o apoyo para acceder a servicios sanitarios o educativos.

La decisión de extraditar a Dudus representa un punto de inflexión en la inercia jamaicana de estrechas relaciones entre políticos y controvertidos personajes al frente de turbias organizaciones. Los vínculos pasados entre Dudus y Golding son notorios. Este último fue elegido precisamente en la circunscripción en la que Dudus ejerce su influencia. Empresas de las que este es dueño recibieron en los últimos años millonarios contratos adjudicados por las administraciones públicas. Sospechas de vínculos con clanes manchan tanto al gobernante Partido Laborista como al opositor Partido Nacional del Pueblo.