Don Felipe da el chut inicial
La selección inaugura su museo en Las Rozas, donde permanecerá hasta que viaje a Austria para jugar contra Corea del Sur y Arabia Saudí - Cesc e Iniesta, recuperados de sus lesiones
Primero pasaron los guardias, después entró un pastor alemán oliendo macutos en busca de explosivos, luego el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, y finalmente las fuerzas vivas rezagadas. El sol alcanzaba su cénit y la coleta torera de Sergio Ramos, recién peinada, empezaba a secarse cuando entró en escena don Felipe. El Príncipe estrechó la mano de los futbolistas de la selección española que le esperaban en plena solana para hacerse la foto oficial y, cuando se encontró con Vicente del Bosque, el técnico, le ofreció la diestra con una sonrisa paternal y un saludo llano: "¿Qué tal?".
El acto fue el primer paso de España hacia la Copa del Mundo de Sudáfrica y marcó un hito en la historia de las fotos oficiales. Fue la primera vez que la selección posó con el heredero de la Corona, que estaba encantado de saludar a la tropa, y los jugadores se divirtieron un rato escuchando las cosas que gritaba la golfería, apretada contra la verja. "¡Ceeeesc!", graznó un chaval al ver al volante del Arsenal saludando a don Felipe; "¡ensaya el apretón de manos que darás a Laporta!". A la gente no se le escapaba nada y a los jugadores tampoco. Junto al aclamado Cesc, Xavi se acomodó en la primera fila, como mandaba el protocolo a los menos altos, y lució con singular elegancia el traje oficial, diseñado por el modisto Pedro del Hierro. Con esa chaqueta gris de lana fría, esa camisa blanca, esos zapatos Oxford y esa corbata roja, más que un futbolista, Xavi parecía el alcalde de Terrassa en las fiestas mayores.
El presidente de la federación, Ángel María Villar, abrió el turno de discursos evocando a la familia del Príncipe para atestiguar los antecedentes aristocráticos de la institución que gobierna. "Su bisabuelo el rey Alfonso XIII ocupó un lugar privilegiado en esta casa", dijo para recordar al fundador de la federación, patrono inexorable en 1913. "El fútbol español debe mucho a la Casa del Rey", reflexionó Villar. Acto seguido, Villar y Lissavetzky condecoraron a Raúl, Zubizarreta y Casillas, los únicos tres jugadores que han superado los 100 partidos con la selección, con la medalla de la Real Orden del Mérito Deportivo y la de oro de la federación. Tras los honores, la comitiva inauguró el Museo de la Selección, a cuyas puertas, de inspiración modernista, esperaba la soprano Pilar Jurado, que interpretó Vissi d'Arte, de la Tosca de Puccini, encaramada a un balcón. Fernando Hierro y don Felipe dieron la impresión de estar aguantando la risa mientras admiraban a la diva en primera línea, conmovidos por el caudal de voz. Del Bosque bajó la mirada en señal de recogimiento. Una vez en el Museo, pintado de rojo granate, los asistentes pudieron apreciar las reliquias, como el balón que patearon los finalistas del Mundial de 1930 o un retrato de Villar.
El encuentro, y el cóctel posterior, permitió a los jugadores hacer vida social, pero la timidez y la falta de costumbre hicieron que, en general, se agruparan por afinidades regionales o contractuales. Muy cohibido se vio a Víctor Valdés, el portero que debuta en una convocatoria oficial. Se hizo extraño ver a Valdés, un líder en el Barça, sin despegarse del severo Iniesta, que también ejerció de cicerone de Pedro en la montonera del Barça. En otro lugar de la sala se acomodó Sergio Ramos con el grupo más heterogéneo: su prohijado Jesús Navas, Javi Martínez, Villa, Mata y Silva. Más allá, refractarios a los bocadillos de salmón ahumado, conversaron los madridistas Albiol, Alonso y Arbeloa. Entre los fisios y los médicos se quedó Capdevila, huérfano de compañeros del Villarreal esta vez, pero igual de dicharachero que siempre. Durante el ágape, Cesc e Iniesta dijeron que están completamente recuperados de sus lesiones.
La selección se concentrará en Las Rozas hasta el viernes, cuando viajará a la ciudad austriaca de Innsbruck para disputar dos partidos, contra Corea del Sur y Arabia Saudí. El equipo aprovechará la semana que pasará en los Alpes para aclimatarse a la altura de Sudáfrica, en donde se disputarán encuentros a más de 1.300 metros sobre el nivel del mar.
El calendario
- 24 a 28 de mayo. Concentración en la sede
federativa de Las Rozas.
El último día, el equipo viajará a Innsbruck (Austria).
- 29 de mayo. Amistoso contra Arabia Saudí (18.00). Concentración en altura hasta el 3 de junio en la localidad austriaca de Schruns.
- 3 de junio. Amistoso contra Corea del Sur
en Innsbruck (18.00).
- 4 a6 de junio. Regreso
a Madrid y concentración
en Las Rozas.
- 7 y 8 de junio. Viaje
a Murcia. Amistoso
contra Polonia (22.00).
- 9 de junio. Día libre.
- 10 de junio. Viaje
a Sudáfrica. Concentración
en Potchefstroom.
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