... Yo estuve
MUNDIAL DE SUDÁFRICA
Comienza la preparación de la selección española
Sucedió el día de mi presentación como jugador del Barça. Llegaba todo nervioso al vestuario, al que me vino a recibir Chema Corbella. Seguro que ustedes no localizan a este personaje clave del santuario azulgrana y le habrán visto muchas veces sentado cerca del banquillo, siempre a punto para atender cualquier necesidad referente a la ropa del equipo. Tiene aspecto de tipo serio e inflexible, solo desmentido por una enorme sonrisa. Con esa sonrisa me señaló mi nueva taquilla, mi nueva casa, mi nuevo espacio privado en medio de la inmensidad de aquel vestuario, explicándome que la acababan de pintar. Abrí aquellas dos puertas con cierto temor y sin saber muy bien qué me iba a encontrar dentro para hallar un espacio estrecho, con una barra, dos colgadores y unas letras escritas en la madera del fondo. Acerqué mi vista al mensaje y descubrí esta cita que me siguió toda mi estancia vestido de blaugrana: Donde tu estás, yo estuve. Algún alma culé prestando su último servicio a la causa (se puede hacer hasta cuando uno no está dentro de las organizaciones) me recordaba que todo lo que estaba viviendo era efímero y que el fin, como siempre, llegaría demasiado pronto.
Algo de eso pasaba por mi cabeza en la mañana de ayer cuando tenía tiempo para compartir evento con los miembros de la selección española. La federación nos había citado: a ellos, para comenzar la aventura del Mundial; a mí, para conmemorar los más de 100 partidos disputados con su camiseta junto a los otros dos centenarios, Raúl y Casillas; a todos, para inaugurar el Museo federativo.
Allí, sentado junto a los dos mitos madridistas, pensaba que estaba claro que quien quiera optar a incorporarse a este selecto club de los 100 debe iniciar el asunto por golpear a la pelota con la pierna izquierda. Lo siento por los diestros, pero la estadística es demoledora: tres de tres. Más de uno, con menos datos que estos y menos coincidentes, ha creado teorías que, en esto del fútbol, siempre basadas en datos, sirven parea demostrar las más peregrinas afirmaciones.
Bueno, les decía que, sentado allí, en la primera fila del anfiteatro, al lado de los 23 elegidos para la aventura sudafricana, me ha venido a la mente la frase de mi debut azulgrana: Donde vosotros estáis, yo estaba. Y recordaba ese primer día de concentración, lleno de nuevos trajes y chándales que salen de sus envoltorios, el momento de instalarse en la habitación y comenzar a crear ese ambiente personal en el que refugiarse en los instantes difíciles de la travesía mundialista. Ese momento de dejar cerrados los últimos flecos que puedan afectar a las cuestiones del colectivo y centrar toda la atención en lo importante, que no es otra cosa que prepararse física y mentalmente para la gran prueba.
Mirando de reojo a todos aquellos de la corbata roja y el traje gris, me parecía descubrir a los veteranos de 100 batallas que ya saben lo que es ser campeones, aquellos que ya acumulan muchos partidos con La Roja. Ellos ya saben de qué va eso del Mundial y también que estas oportunidades no vuelven. Son conscientes de todo lo que esperamos de su juego y de lo que sus compañeros más novatos necesitan. Sienten que están ante una cita única y perciben las dificultades de la misma. Y, mezclados entre tanto veterano, algunos novatos miraban sin querer perderse nada de lo que allí acontecía, nada de lo que estaban viviendo les sobraba y todo estaba por descubrir. Ellos saben del Mundial lo que han visto en la tele y sus compañeros les habrán contado, pero, amigos, hay cosas que se han de descubrir allí, donde serán puestos a prueba por sus rivales, sus compañeros y, también, por qué no reconocerlo, sus propios fantasmas. A estos, solo decirles, como dice el proverbio chino, que un gran viaje comienza siempre con un paso, que para llegar a 100 se empieza por uno (a veces, ni uno; bastan unos minutos para abrir el casillero). A todos ellos, veteranos y principiantes, decirles que el viento les acompañe, que su éxito será el de todos y que nos tendrán a su lado siempre. También si lo de Sudáfrica no se da como queremos.
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