Saltan chispas en el Metal

La fractura abierta entre la patronal y los trabajadores del sector del Metal en Guipúzcoa se recrudece por momentos tras la enconada y paralizada negociación del nuevo convenio. Nunca antes las negociaciones se habían roto casi antes de sentarse hablar de un texto en el que la patronal quiere cambiar el modelo de relaciones laborales. Para los empresarios, este modelo pasa por el recorte de muchos de los derechos adquiridos dentro de un convenio histórico que ha sido referente para los trabajadores guipuzcoanos. El sector suma unos 60.000 empleados.

Hace tres meses, la patronal provincial Adegi empezó la revisión del convenio con el objetivo de aumentar la competitividad de las empresas, "acorde con el nuevo escenario en el que se moverán en el futuro las compañías con más competidores, mejores y en muchos casos más baratos", según ha recalcado en numerosas ocasiones. Las siete reuniones de la mesa negociadora celebradas desde entonces sólo han servido para crispar más el debate. Las dos partes han mantenido inamovibles sus posturas en medio de la crisis económica.

Los cuatro sindicatos mayoritarios (ELA, LAB, CC OO y UGT) rechazan la renovación integral del convenio que supone la eliminación de 23 artículos. La patronal pretende mayor flexibilidad laboral, congelación de los salarios y aumento de la jornada anual en 58 horas. Las centrales se oponen rotundamente.

"Es la primera vez que a un convenio le sigue otro, no para mejorar, sino para retroceder en los derechos adquiridos. El sector no se va a resignar ante el tipo de convenio que quiere imponer Adegi", indica José Luis Vidal, dirigente guipuzcoano de ELA. "Siempre hemos vivido situaciones complicadas en las negociaciones, pero nunca la patronal se había atrevido a hacer una oferta como la de ahora", añade. El sindicato nacionalista recuerda que los mayores logros del convenio del Metal se lograron en los años ochenta y noventa durante una dura crisis económica, política y social.

La propuesta de Adegi de revisar todo el convenio para "adecuarlo a los nuevos retos empresariales" ha bloqueado la mesa de negociaciones. "En épocas de crisis las patronales intentan ajustar los convenios a la medida de sus empresas. Cuando dicen más productividad y recorte de gastos, siempre es a cuenta de los trabajadores. Se aprovechan del miedo y de la incertidumbre económica", apunta Xabier Zubiria, de LAB.