"Hemos vendido cara nuestra piel"

Ha sucedido lo que tenía que suceder y el tiempo cerrará las heridas abiertas por la pugna entre las dos ciudades, A Coruña y Vigo, en esta primera parte del proceso de fusión de las cajas. Es la idea dominante en el sondeo de urgencia realizado por este periódico en Vigo a propósito del acuerdo entre ambas.

"Dijimos en su momento que los protagonistas tenían que ser las cajas y, decidida la fusión, ya estamos en otra fase: hay que bajar la presión externa, limitar las diferencias norte-sur a las de los propios protagonistas y cederles a ellos la bandera para dirigir la operación", opina Jaime Borrás, presidente del Círculo de Empresarios-Club Financiero Vigo, para quien el periodo transitorio de tres años que se abre representa una oportunidad para cerrar heridas. "Debemos ser respetuosísimos en dejarlos actuar", concluye Borrás.

Elena González: "Los ciudadanos somos más sensatos que el alcalde"

Para Patricio Sánchez, director de la Escuela de Empresariales, que este mismo curso mantuvo un pulso de referencias coruñesas por las titulaciones, "tenía que llegarse a esta situación, es el resultado natural, lejos de lo que inicialmente se decía. Para fusionarse, hay que pactar y, hecho esto, olvidarse de heridas, que no tienen por qué quedar". Sin la presión de Vigo, el resultado habría sido distinto, afirma Sánchez, coincidiendo con el decano del Colegio de Abogados, Alfonso Álvarez Gándara, que alaba "el buen papel del alcalde y del pueblo de Vigo: por una vez, hemos vendido cara nuestra piel", dice.

También a su juicio se ha llegado a una solución satisfactoria, "dando por bueno el objetivo de tantas instituciones de reducir la diversidad a la unidad", y se felicita "de que Gayoso y Pego estén al frente, lo que materializa el papel de principalidad de Caixanova, que se corresponde con el derecho por la situación en que se encontraba cada caja". Por lo demás, "espero que ni siquiera sean heridas lo que queda, sino excoriaciones que se curan por sí solas".

La presidenta de la federación vecinal, Elena González, satisfecha porque "la fusión era necesaria y buena para todos", critica al alcalde vigués, Abel Caballero, "porque no debería haber entrado en la polémica". "Afortunadamente, los ciudadanos somos más sensatos", dice. "Espero que el alcalde dé carpetazo a la actuación que ha tenido".

Para el escritor Fran Alonso "era necesario forzar algún tipo de unión relacionado con los intereses del país" y, a su juicio, "las heridas abiertas en las dos ciudades "nunca se van a cerrar": por "la rivalidad eterna que existe entre los intereses económicos y financieros de una y otra, ya que ninguna es determinante en la comunidad, y porque los intereses políticos fomentan esa rivalidad echando toda la leña necesaria al fuego", explica. "Eso no va a parar hasta que lleguemos a una conciencia de país más equilibrada", concluye.

Al plusmarquista paralímpico Chano Rodríguez le parece "increíble que sigamos con la confrontación norte-sur" y, aunque se reconoce "poco informado" sobre el asunto espera que la fusión "cierre heridas, arregle las diferencias y equilibre el trato a las dos ciudades", hasta ahora desventajoso para Vigo, "ya que el capital es de aquí y se usa para reflotar a la otra [caja]".

"Mi opinión sólo puede ser valorable desde lo emocional", adelanta la artista Carme Nogueira, que reconoce la rivalidad entre A Coruña y Vigo "como los problemas que hay siempre con los vecinos, una dicotomía de nosotros mismos", y augura a la fusión "un largo proceso de asentamiento, del que habrá que ir viendo las consecuencias".