Seis recusaciones por "amistad" y "enemistad" con el magistrado

El pleno extraordinario convocado para el viernes en el Consejo del Poder Judicial promete ser tenso. Aunque en este momento procesal la ley obliga a la suspensión automática del magistrado, en el seno del Consejo hay discrepancias sobre si la causa abierta a Garzón (por investigar los crímenes del franquismo) es merecedora de semejante medida.

En el pleno de mañana sólo se va a tratar sobre la suspensión de Garzón tras el auto de Luciano Varela, nada más. Pero en el ambiente brotará la reciente petición del juez para que se le autorice a irse en comisión de servicio como asesor de la Fiscalía de la Corte Internacional de la Haya. Es en este aspecto, si se le autoriza o no, donde surgirán las tensiones entre los vocales conservadores y parte de los progresistas.

En el pleno del viernes estará la vocal conservadora Gemma Gallego, la juez que instruyó el caso ácido bórico, en el que tomó decisiones diametralmente opuestas a las que adoptó Garzón cuando abordó este mismo asunto. Garzón la recusó por "enemistad manifiesta" contra él, pero Gallego rechazó abstenerse. Aseguró que esa "aversión" sólo está en la mente del magistrado y que éste no ha aportado ninguna prueba que lo acredite. Garzón también recusó al vicepresidente Fernando de Rosa, conservador, y a la progresista Margarita Robles, quien, según fuentes del Consejo, de su mismo sector, "es muy amiga de Varela y no es ajena a los males que padece ahora Garzón". De Rosa y Robles aceptaron abstenerse, pero no por los argumentos esgrimidos por Garzón, sino para no "dañar la imagen del Consejo" ni sembrar "dudas" sobre su imparcialidad.

Tras las recusaciones de Garzón, los abogados José Luis Mazón y Antonio Panea, querellante del magistrado en una de las causas que hoy pesan sobre él, recusaron a los vocales José Manuel Gómez Benítez, Pío Aguirre Zamorano y Miguel Carmona, por "amistad con Garzón". El Consejo las ha rechazado.