La fusión de cajas gallegas arranca bajo la dirección de Caixanova
Ambas deberán cerrar 200 oficinas y vender 12.000 millones en activos
Guerrearon durante meses, pero ayer los directivos de Caixa Galicia y Caixanova y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, juntaron sus manos y sonrieron ante los flashes para anunciar la fusión y el nacimiento de una entidad todavía por bautizar. La fotografía pone fin a medio año de duras tensiones y deja en el aire la ley que el Parlamento gallego, con los votos de PP y BNG, improvisó en mes y medio para jubilar al principal obstáculo para la fusión, el veterano presidente de Caixanova, Julio Fernández Gayoso.
Precisamente, Gayoso y la dirección de Caixanova serán los encargados de pilotar el nacimiento de la futura entidad que tendrá la sede operativa y de dirección en Vigo, y el domicilio fiscal y social en A Coruña. El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, se esforzó en subrayar que la integración "será paritaria" para preservar el equilibrio entre el norte y el sur de Galicia -que mantienen una guerra localista desde que se inició el debate sobre el futuro modelo financiero- y hacer ver que ningún territorio sale ganando. Las bajas laborales rozarán las 1.000, la mayoría a través de prejubilaciones.
Habrá dos copresidencias de año y medio cada una en un consejo de administración que se repartirá a la mitad entre los representantes de ambas entidades. Aunque Feijóo evitó comentarlo en la rueda de prensa posterior al acuerdo, quien empieza mandando en la presidencia rotatoria es Gayoso, que además tiene en su mano el desempate en el consejo con su voto de calidad. Cuando pasen 18 meses, será Caixa Galicia la que designe al presidente entre los miembros de su consejo, entre los que de momento no figura su actual director general, José Luis Méndez.
El número dos de Caixanova, José Luis Pego, será el director general de la nueva entidad y contará con un adjunto llegado de Caixa Galicia, Javier García de Paredes. La operación requerirá de un plan de adelgazamiento que ha impuesto el Banco de España y que obligará a ambas a deshacerse de más de 12.000 millones de euros en activos, fundamentalmente créditos de primera calidad, y a enajenar también la red exterior de oficinas.
Es Caixa Galicia, la mayor, quien más puede perder en el proceso. Además de esa red exterior, entre 250 y 320 oficinas, se añaden otros 200 cierres por duplicidades. Por esta parte de la red habría una oferta del Banco Santander, pero la operación todavía no está cerrada. También en este caso la mayoría del negocio que debe cambiar de manos corresponde a Caixa Galicia. Con todo, serán necesarios otros 1.160 millones del FROB.
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