El líder del PP se centra en las diferencias y se ofrece como alternativa

Las ruedas de prensa que ofrecieron Zapatero y Rajoy tras su encuentro de ayer fueron completamente diferentes. Mientras el presidente se concentró en los acuerdos alcanzados y en la buena sintonía, el líder de la oposición se dedicó a detallar las diferencias. El PP entregó incluso un completo dossier -el mismo que había llevado a las reuniones del llamado pacto de Zurbano- para detallar todas las propuestas de los populares sobre reformas "imprescindibles" que el PSOE no acepta.

Rajoy y Zapatero discreparon sobre todo en la intensidad del recorte de gasto público necesaria en este momento. Es un debate muy parecido al que ha dominado la campaña electoral británica, por ejemplo, un país con un déficit similar al de España.

Rajoy quiere un recorte drástico, 10.000 millones este año -aunque su documento no aclara en qué, ya que plantea cuestiones, como eliminar ministerios, que implicarían reducciones muy limitadas-. Zapatero se queda en 5.000 este año y confía en que la recuperación económica y la subida de impuestos permitirán bajar el déficit con más ingresos.

Zapatero explicó, como suele hacer Gordon Brown frente a David Cameron, que una reducción mayor puede comprometer la recuperación, porque el dinero público también tira de la economía. Rajoy insiste en que lo que necesita la economía es "un auténtico plan" que incluya un notable recorte del gasto público.

La discrepancia de fondo más importante, que ha dominado los debates de los últimos meses, persiste. Zapatero ha apostado por una subida del IVA de dos puntos -España está muy por debajo de los grandes países europeos en este impuesto- y Rajoy ha apoyado incluso la campaña de Esperanza Aguirre contra este impuesto.

El líder de la oposición quiso no sólo dejar claras las diferencias, sino lanzar un mensaje a los españoles: "Aquí hay una alternativa dispuesta a asumir el reto cuando los españoles lo decidan".