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El Gobierno y el PNV dejan un margen al consenso en el plan de Convivencia

El Ejecutivo abre la puerta a modificar la referencia al Estado constitucional

El Gobierno y el PNV mantienen contactos e intercambian documentos en un intento de acercar posturas para que el primer partido de la oposición apoye el plan Convivencia democrática y Deslegitimación de la violencia. El PNV rechazó la iniciativa de plano y pidió su retirada hace diez días, pero las dos partes ven ahora abierta una expectativa de acuerdo, tras ampliar el Ejecutivo dos semanas el plazo para plantear sugerencias y modificaciones antes de que lo apruebe el Consejo de Gobierno.

La portavoz del Gabinete, Idoia Mendia, reiteró ayer que el texto enviado hace un mes a partidos y agentes educativos sigue "evidentemente" abierto a cambios en su redacción, incluida la referencia en el mismo a la defensa del Estado constitucional, ya que se trata de un borrador sin aprobación oficial.

Mendia estima que el PNV comparte los aspectos "irrenunciables"
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Para el PNV, lo más importante es que quede claro que el documento no sustituye en su integridad al Plan de Educación para la Paz y los Derechos Humanos elaborado por el tripartito de Ibarretxe. El consejero de Interior, Rodolfo Ares, ya hizo esa aclaración anteayer, señalando que ese texto sigue en vigor en todos los aspectos generales que no aborda el nuevo documento. El parlamentario peneuvista Iñigo Iturrate reclamó ayer "un documento refundido".

El cuestionamiento de la presencia de víctimas del terrorismo en las aulas lo recondujo ya el propio presidente del PNV, Iñigo Urkullu, quien recordó que es un mandato de la ley de Víctimas, aprobada por el Ejecutivo anterior. Mendia recordó también ese extremo ayer y consideró esa presencia como "fundamental e irrenunciable", pero también como uno de los elementos que el PNV comparte.

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Los peneuvistas han dado ya muestras significativas de su interés por reconducir una cuestión que podría suponer un alto coste en su relación con las víctimas y reabrir la brecha que durante años le separó de ellas, posibilidad que Urkullu no desea.

En los contactos del PNV con distintos interlocutores del PSE y del Gobierno, éstos últimos han apreciado una voluntad de acuerdo. En la existencia de esa voluntad cifró ayer Mendia las expectativas de un entendimiento. "Hay margen suficiente para el consenso", destacó. La portavoz mostró su convencimiento de que el consenso "se va a conseguir", porque los únicos principios "irrenunciables" para el Gobierno son, a su juicio, "compartidos también por el PNV". El mismo convencimiento mostró el coordinador de la Ejecutiva del PSE, Mikel Torres. "El PNV no puede quedarse fuera de este plan", resaltó en Radio Euskadi.

El Ejecutivo no entiende la referencia al Estado constitucional como una defensa de la Constitución de 1978 en tanto que texto inamovible, sino como una reivindicación de las instituciones y reglas del juego democráticas de las que las sociedad se dota en cada momento, como garantes de las libertades y de la convivencia, y sujetas siempre a una posible modificación.

Para la portavoz del Gobierno, la terminología "no debe ser un impedimento" al acuerdo. Mendia rechazó que los cambios que haga el Gobierno para acercar al PNV vayan a suponer cruzar lo que el PP, su socio preferente, puede considerar líneas rojas. El partido de Antonio Basagoiti se halla puntualmente informado, y los intereses son "conciliables", afirmó la portavoz. "El PP tiene también interés en que el PNV se sume", añadió. Su portavoz parlamentario, Leopoldo Barreda, dijo ya la semana pasada que veía espaxcio para el consenso con los peneuvistas.

El <i>lehendakari,</i> Patxi López, atendía ayer tarde las explicaciones del diputado general alavés, Xabier Agirre, durante la retreta de San Prudencio en el Palacio Foral. A la derecha de López, la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga, y el delegado del Gobierno central, Mikel Cabieces.
El lehendakari, Patxi López, atendía ayer tarde las explicaciones del diputado general alavés, Xabier Agirre, durante la retreta de San Prudencio en el Palacio Foral. A la derecha de López, la presidenta del Parlamento, Arantza Quiroga, y el delegado del Gobierno central, Mikel Cabieces.L. RICO

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