_
_
_
_
Reportaje:FUERA DE RUTA

John Locke no hace surf

El rastro de los personajes de la serie 'Perdidos' llena de fans la isla de Oahu, en Hawai. De la poza donde se bañaron Kate y Sawyer a la playa en la que se estrelló el vuelo 815 de Oceanic

Guillermo Abril

Imposible dormir en Haleiwa. A las siete de la mañana las camionetas tipo pick-up meten un ruido de mil demonios. Cruzan una detrás de otra, como un gusano de chapa por la única carretera que bordea el mar. Las tablas asomando por el maletero y una melena oxigenada al volante. No es un tópico. En esta zona de la isla, la más despoblada, cientos de surfistas van en busca de la Gran Ola, una lengua de mar escurridiza que sólo se deja ver una vez al año, en invierno. Y estás en el agua, preparado para cabalgarla, o puedes lamentarlo toda la vida. Nadie sabe el día exacto en que aparece. Por eso toca madrugar en mitad del Pacífico.

Son las siete de la mañana, hora punta en la costa norte de Oahu (Hawai, Estados Unidos), aquella isla que bombardearon los japoneses en 1941. Un momento perfecto para tomar la transitada carretera 83, dirección oeste, y tomar el primer desvío hacia el valle del Waimea. Nada de surf, por ahora: vamos a lo que vamos. Esta es una ruta en busca de las localizaciones de la serie Perdidos, que se rueda en esta isla, la más poblada del archipiélago hawaiano, desde 2004.

Tanta es la curiosidad por la serie que varias compañías ofrecen itinerarios por las localizaciones de Perdidos.

01 Kate conoce a Sawyer

En el parque de Waimea Valley no hay demasiada gente a primera hora y el calor aún no aprieta (59-864 Kamahemeha Highway, Haleiwa; www.waimeavalley.net/. Un camino bordea el río en una selva con unas 5.000 especies diferentes de plantas tropicales, se huele el olor dulzón de los frutos maduros. El paseo no alcanza el kilómetro y medio, y llegando a lo alto se empieza a oír la cascada batiendo contra el agua de la poza. La imagen golpea al fan de Perdidos con fuerza: se siente la erótica del lugar, porque aquí se bañaron Kate (Evangeline Lilly) y Sawyer (Josh Holloway) en la primera temporada y descubrieron un misterioso maletín en el fondo. Los lugareños dicen que bañarse en la poza provoca diarreas (waimea significa agua turbia). Pero si ellos lo hicieron... Colocar el cuerpo bajo la cascada resucita a cualquiera.

02 En la playa como en ningún sitio

Tomemos de nuevo la carretera 83 hacia Police Beach. Ya se han empezado a llenar las míticas playas de Sunset Beach y el Pipeline. Pero hay un pedazo de arena que permanece relativamente olvidado. Hay que tomar un desvío a la derecha, el cartel indica Police Beach. Se levanta una nube de polvo por el camino de tierra, crece la vegetación. No hay surfistas, sólo curiosos, algo más pálidos que la media, cámara de fotos en mano, y rostro de haber dado con el Santo Grial. ¿No será eso un pedazo del avión 815 de Oceanic? Pues sí. Para ser exactos, es el trozo de fuselaje con ventanilla con el que Sawyer se construyó la pared de su tienda para sobrevivir en la isla en la que se estrellan los pasajeros. Todas las viviendas precarias hechas de bambú y lona siguen en el "campamento de los supervivientes". Aquí ha ocurrido de todo a lo largo de las cinco primeras temporadas de Perdidos. Y este asentamiento, cuidadamente improvisado, frente al mar, quizá sea el lugar emblemático de la isla. Uno puede reconocer hasta los pliegues de la playa. A escasos metros, se encuentra el cementerio en el que fueron enterrados varios de los personajes, y la iglesia del señor Eko.

El baño en Police Beach es peligroso (por las rocas), pero gratificante. Las tortugas gigantes bailan en el agua al ritmo de la marea, y se dejan arrastrar hasta la arena, sin inmutarse por la presencia humana. Si uno mira desde el agua hacia el oeste, tiene la sensación de estar metido dentro de la serie. El pedazo de isla que entra en el mar, allá a lo lejos, es cabo Kaena, el paisaje que uno ha visto cientos de veces cuando John Locke (Terry O'Quinn) se cruzaba de piernas sobre la arena. Aunque parezca mentira, es el lugar donde cayó el avión. En la serie se encuentra a escasos metros. En la realidad son una veintena de kilómetros.

03 Gambas fuera de serie

Siguiendo la costa por la 83, no viene mal una parada para matar el hambre. Una de las especialidades de la isla son las gambas, y el lugar más auténtico para disfrutar de ellas es el núcleo urbano de Haleiwa, un pueblo cuya disposición alrededor de una sola calle recuerda al Far West. Al final de la calle que parte el pueblo en dos, cinco caravanas reconvertidas en restaurantes portátiles ofrecen platos (de plástico) a precios populares. Gambas al ajillo, gambas picantes, gambas rebozadas, siempre con arroz. Se pide, se paga, y uno se sienta a mancharse el morro en bancos corridos, frente a la caravana. Una delicia, pero nada que ver con la serie.

Continuemos hacia cabo Kaena por la autopista estatal 930. El mar, a nuestra derecha; un campo de palmeras, preciosas casitas de madera (entre ellas, la de la infancia de Kate)... Y de pronto, los barracones amarillos. La urbanización feliz de la Iniciativa DHARMA es un campamento para niños del YMCA (69-385 Farrington Highway, Waialua; www.ymcahonolulu.org). Merece la pena detenerse un instante y recorrer las casetas para darse cuenta de los trucos de cámara. Todo lo que queda fuera de plano es como si no existiera: la carretera, la playa, el edificio principal...

04 Aterrizar en Mokuleia

Siguiendo la misma carretera llegamos al origen. Todo comenzó con una llamada de teléfono, según contó en Hawai Jean Higgins, la productora ejecutiva de la serie. "Vamos a colocar un avión en la playa", le dijo el creador de la serie, J. J. Abrams, desde el otro lado. Ese avión se compró en el cementerio aéreo del desierto de Nevada, se cortó en pedazos, se guardó en contenedores, y se embarcó rumbo a Hawai para rodar el episodio piloto. En Oahu se buscó una playa con aire desértico para poder reconstruirlo. Y la encontraron aquí, cerca del cabo, en Mokuleia, una playa muy poco transitada y de paisaje espectacular, moteado por algún pescador, con su sombrilla bajo un sol asfixiante, bebiendo una cerveza. La sensación, sin el avión desparramado por el suelo, es rara. Como de un lugar fantasma.

El mapa de los Otros

En la costa este de Oahu se encuentra el Kualoa Ranch (49-560 Kamehameha Highway, Kaneohe; www.kualoa.com/). Es un rancho con solera cinematográfica. Aquí se rodaron Godzilla y Parque Jurásico. Pero ahora se conoce por Perdidos. Entre sus localizaciones más reconocibles se encuentra el campo de golf de Hurley (Hugo Reyes), pero aquí se han rodado la mayoría de las expediciones monte a través. La visita se hace a bordo de un todoterreno.

Dentro del rancho, el estanque Molii's Fish Pond es uno de los lugares más polifacéticos de la serie. En un primer vistazo, se intuye el muelle de la Iniciativa DHARMA, donde aparece el submarino. Pero también fue el humilde embarcadero coreano en el que Jin visitaba a su padre. Junto al estanque, la vieja caseta con tejado de zinc que hizo las veces de tasca nigeriana en la que el señor Eko degüella a algún que otro narcotraficante.

Las espectaculares cataratas Manoa Falls, en el interior de la isla, han sido mil veces utilizadas para las escenas más selváticas de la serie. Y, al parecer, en algún escondrijo de la zona han reconstruido el inmenso templo de cartón piedra donde viven Lennon y los demás Otros de la sexta temporada.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Abril
Es corresponsal en Pekín. Previamente ha estado destinado en Bruselas, donde ha seguido la actualidad europea, y ha escrito durante más de una década reportajes de gran formato en ‘El País Semanal’, lo que le ha llevado a viajar por numerosos países y zonas de conflicto, como Siria y Libia. Es autor, entre otros, del ensayo ‘Los irrelevantes’.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_