El tránsito de Julio Medem
Fue en la primavera de 2008 cuando Julio Medem habló de "fracaso total, extraño, escandaloso, triste". Fue una confesión sin vuelta atrás, valiente y arriesgada, en la que prometió cambio. Dos años después, el cineasta donostiarra lo ha cumplido y de qué manera. Está feliz, se le nota tranquilo y se promete a sí mismo buenos momentos futuros. Su desgracia comenzó con la polémica y la incomprensión que se desató con el documental La pelota vasca: la piel contra la piedra, en el que recogió y proyectó el sufrimiento de gran parte de la sociedad vasca ante la violencia, y siguió con Caótica Ana, el doloroso homenaje que realizó a su hermana fallecida en accidente de tráfico. Todo ha quedado atrás. Hay un nuevo Julio Medem que ha aprendido del fracaso y que se encuentra más fuerte que nunca. "Me he dado cuenta de lo fuerte que puedo llegar a ser. Quiero seguir avanzando, haciendo cosas. Estoy más ilusionado que nunca". Motivos no le faltan. El próximo sábado su último largometraje, Habitación en Roma, clausurará el Festival de Cine de Málaga, certamen en el que el director recogerá también el Premio Retrospectiva como reconocimiento a su carrera -"a la mitad de mi carrera", puntualiza, "que tal como me veo ahora y me siento, estoy por lo menos en mitad de mi carrera"-, antes de su estreno el 7 de mayo. A eso se une que ya tiene dos guiones preparados para rodar próximamente: Aspasia, una tragedia griega de gran producción que hará en inglés, y Los árboles de la sangre, un thriller salvaje en español, un filme coral y de acción que tendrá mucho que ver con las dos Españas. "No sé cuál haré antes. Ojalá sea Aspasia".
"He querido que el espectador se llegue a olvidar de la desnudez de las dos mujeres y que las escuche"
"Busco la complicidad de todos, heterosexuales y homosexuales, en el hecho de que dos personas se atraen y se gustan"
A sus 51 años y ocho largometrajes, Julio Medem (San Sebastián, 1958) ha dejado muchas cosas atrás. Habitación en Roma es su primer filme rodado fuera de España, en un interior, en inglés y por encargo. Protagonizado por la actriz española Elena Anaya y la rusa Natasha Yarovenko, la película, una historia de amor y sexo entre dos mujeres que se acaban de conocer, que transcurre en una noche de verano en una habitación de hotel en Roma, está inspirada en el título chileno En la cama, de Matías Bize. "Cuando me encargaron el remake de En la cama, la vi y pensé el porqué habían pensado en mí para esta historia. Me pareció tan buena la película que consideré que no tenía ningún sentido un remake, que en este caso yo no veía la manera de aportar nada nuevo". Y contestó que no. Justo una semana después, Medem reconsideró su negativa al darse cuenta, explica, de que había algo muy atractivo en el hecho de que dos desconocidos tuvieran de pronto un momento corto, una noche para fantasear, para ser ellos mismos, pero al mismo tiempo para proponerse ser otra cosa, incluso para descubrirse ellos mismos ante la presencia de alguien al que acaban de conocer, disfrutar de una manera natural.
Superó el desconcierto inicial y se lanzó de lleno a cambiar el encuentro entre un hombre y una mujer de En la cama por el de dos mujeres, una lesbiana y otra no, para su Habitación en Roma. ¿Qué buscaba con este cambio? "Es muy sencillo, simplemente me pareció que la única forma de poder encontrar yo el sentido a este encargo era que yo también me probase en algo nuevo y que tuviera algo de reto. No me lo podía poner fácil. Ya estaba muy bien contada esa relación entre un hombre y una mujer, y de una manera no racional, sino impulsiva y hasta caprichosa, decidí que fueran dos mujeres en Roma, una ciudad con ese pasado, en una sola noche del solsticio de verano, en la noche de San Juan. Me estimuló esta reflexión y escribí el guión en 10 días de una manera muy placentera. Todo fue como jugar un poco, pero luego fui descubriendo cosas. Me ha gustado mucho hacer esta película, me siento muy orgulloso".
Es una historia muy íntima, sin un ápice de sordidez, una especie de coreografía con algo de teatral, en la que las dos actrices están desnudas en casi la totalidad del filme. "Quería que, llegado un momento, no importara ese desnudo. He pretendido que no nos diéramos cuenta de que estaban sin ropa. Hay momentos en los que el desnudo es importante para la historia, que es cuando tienen relaciones, pero hay otros que no, que a lo que se dedican las dos mujeres es a hablar. Quería que el espectador se olvide de su desnudez y las escuche, que el morbo que puede producir ver a dos mujeres desnudas durante tanto tiempo se quede a un lado y que sea otra cosa la que te llame la atención". Asume Medem el riesgo que puede suponer el hecho de tratar de manera tan abierta una relación lésbica en Habitación en Roma, pero es consciente de que está "ayudando a hacer que esa relación se entienda como algo natural". "Busco la complicidad", añade el realizador, "de todos, heterosexuales y homosexuales, en el hecho de que dos personas se atraen, se gustan y después pueda surgir el amor. Ya sé que hay un tipo de espectadores a quien este tema no les interesa y no la querrán ver como una representación estética y romántica, pues que no vayan a verla. Yo no he buscado la provocación, sino la naturalidad total. Tanto Elena Anaya como Natasha Yarovenko han colaborado de manera extraordinaria. Hemos ensayado mucho por separado y luego juntos. Nos llamaban el trío de Roma".
PREGUNTA. El hecho de haber aceptado por primera vez en su carrera un encargo ¿tiene que ver con la mala acogida de Caótica Ana?
RESPUESTA. Todo. Es Evidente que sí. Yo siempre me he considerado un privilegiado en cuanto a cuotas de libertad en mis películas, nunca me he podido quejar de mi trayectoria, pero cuando algo no sale bien como con Caótica Ana hay que cambiar. El aceptar un encargo es consecuencia de aquello, pero también se pueden sacar unas buenas conclusiones.
P. ¿Qué se aprende de un fracaso?
R. Me he parado y he mirado a otros sitios, de otra manera. Me he puesto más cerca de las cosas. He querido llegar a mi destino de una manera más fácil y directa, limpiarme un poco. Es un poco complejo contarlo así. La humildad es algo que hay que tener siempre muy presente, pero hay momentos en los que se hace más necesaria y patente. También estaba sometido a circunstancias familiares, tenía que pagar deudas y sacar adelante a mis hijos. A la vez, Habitación en Roma la veo como una película de tránsito. No me voy a quedar aquí, de ninguna manera voy a tirar por aquí. De nuevo dirigiré temas más complejos que son los que de verdad me gustan.
P. ¿Habitación en Roma es su película más sencilla?
R. Sin ninguna duda. Menos densa, seguro, y más fácil de hacer también. Pero yo para ponerme en marcha y tirar para adelante necesito unos mínimos, no puedo quedarme en lo que ya he hecho, quiero seguir empujando.
P. ¿Qué supone entonces este filme en el conjunto de su carrera?
R. Una reflexión y algo de transición. Se sale de alguna manera de mi carrera. Ese alejamiento que he sentido me ha venido muy bien. Generalmente, yo tengo unos desgastes brutales y Habitación en Roma me ha servido como de relajo. Con este filme me he desgastado menos, pero no lo digo negativamente. Con Caótica Ana sufrí mucho. No cumplió con las expectativas que teníamos. Tuvo 200.000 espectadores, una cifra por encima de la media de un filme español, pero por muchas razones estaba destinada a llegar a mucho más público. Habitación en Roma ya está vendida a 30 países, algo que nunca me había pasado con ninguna de mis películas antes del estreno.
El próximo sábado, Medem recibirá el Premio Retrospectiva del Festival de Cine de Málaga. Él se lo toma como un homenaje a la mitad de su carrera. Desde que dirigió su primer largometraje, Vacas, han pasado 19 años y por ahora no piensa parar. Cuando se le pide una reflexión sobre su cinematografía, responde: "Siendo bueno conmigo, buscando lo positivo, creo que en cada momento he hecho la película que respondía a lo que yo era en ese momento. El Julio Medem que hizo Vacas está muy lejos, incluso el que realizó Caótica Ana, que es mucho más reciente, ya no está tampoco aquí. Eso es también lo bueno que tiene el cine. Es un viaje tan fuerte y dejas tanto detrás que te vacías para luego volverte a llenar".
Habitación en Roma clausura el próximo sábado, día 24, el Festival de Cine de Málaga. Su estreno será el 7 de mayo.
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