Saloufest desata la bronca política
El delegado de la Generalitat en Tarragona ataca al Ayuntamiento de Salou - El PP defiende los viajes de los juerguistas al municipio
Los más de 8.000 universitarios británicos con ganas de desmadre que han tomado Salou en dos tandas en los últimos días han acabado por desatar involuntariamente fricciones entre empresarios y políticos, entre administraciones y entre partidos. Todos, a vueltas con el turismo que necesita Cataluña, con el dinero que deja y con el debate sobre lo que se esconde tras una de las expresiones más empleadas a raíz de la polémica: "turismo de calidad".
Primero fue la advertencia del consejero de Innovación, Universidades y Empresa, Josep Huguet, al municipio de Salou, en el sentido de que podría perder el certificado oficial de destino de turismo familiar, lo que sentó como un tiro en el Ayuntamiento de la localidad. Después, el alcalde de Salou, el independiente de Ferran Units per Salou, Pere Granados, que exigió a Huguet "responsabilidad" y "prudencia".
Ayer la polémica subió de tono y se expandió como una mancha de aceite. El delegado del Gobierno en Tarragona, Xavier Sabaté, acusó al alcalde de actuar "en connivencia" con los empresarios del ocio nocturno, encantados con los jóvenes, como confiesan también estarlo algunos hoteleros. Lo que más inquieta a la Administración catalana es que los visitantes piensen que ir a la Costa Dorada equivale a "practicar sexo fácil y beber alcohol de forma desmedida", lo que consideró "intolerable" como imagen.
Hasta el Partido Popular (PP) salió a defender a los juerguistas, que se pasean con poca ropa y con mucho alcohol en el cuerpo. Su diputado Rafael Luna consideró una "injusticia" que el Gobierno de la Generalitat "pida a los hoteleros de Salou que renuncien, en momentos de grave crisis, a los cinco millones de euros de impacto económico que supone la Saloufest". Los restauradores y comerciantes elevan la cifra a entre 8 y 10 millones.
El tema suscita "mucha hipocresía y mucha demagogia", aseguró Francesc Carnerero, presidente de Asociación Catalana de Agencias de Viajes (ACAV), que está sorprendido por el revuelo que han causado los estudiantes y al que no le han gustado las amenazas de Huguet a Salou. Los 8.000 estudiantes son sólo una pequeña porción de todo el turismo del municipio, y no todo se puede llenar con "jeques árabes con yates de lujo", dijo. Manel Casals, secretario general del Gremio de Hoteleros de Barcelona, criticó también la "confusión" que últimamente se está produciendo entre turismo de calidad y turismo de lujo. "Cada gama tiene su público. Lo esencial es que, en la gama que sea, los visitantes respeten la ciudad y mantengan un comportamiento cívico", zanjó.
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